Han pasado cerca de 48 horas desde el final del partido y creo que sigo sin creerme lo que pasó antes de anoche en el Camp Nou. De hecho, he tenido que bajarme el partido (verás como lean esto los de la SGAE) para verlo con un poco más de calma.
Estaréis conmigo en que ni el más optimista de los culés ni el más pesimista de los merengues esperaba un resultado así. Porque un 5-0 es histórico, en el más amplio sentido de la palabra. Quizás, con la memoria reciente del 2-6 no lo pongamos en la perspectiva adecuada, pero yo, que por edad tengo vagos recuerdos de los 5-0 de los años 90, he visto cómo aquellos aficionados algo mayores que yo siguen teniendo esas imágenes frescas en sus retinas, como supongo que nos pasará a los de mi edad dentro de unos años.
Del Barça poco que decir, o mucho, según se mire. Que duelen las manos de tanto aplaudir. Que adjetivos como impresionante, fantástico, excelso o soberbio se quedan muy cortos, y que lo de que este Barcelona es el mejor de la historia es una realidad cada vez más palpable.
Sólo (lo pienso seguir poniendo con tilde por muy exquisita que se ponga la RAE) un apunte. ¡Qué jugador es Xavi Hernández!. Me da igual que le den el Balón de Oro o no, porque ha consguido algo mucho más importante, alcanzar la más absoluta perfección. Cada movimiento, cada pase, cada giro e incluso cada recurso como el de ayer en el gol, es un clínic de fútbol.
Y si a ese Xavi perfecto le sumas a ese fenómeno llamado Messi, a un Iniesta en forma, a un Villa que ya ha encontrado el gol, a Busquets da equilibrio en el medio e incluso a Pedro, que está enorme en los últimos partidos, al rival sólo le queda esperar a que pase el vendaval, y que las consecuencias no sean demasiado devastadoras.
¿Y el Madrid qué? (¿otra vez campeón de Europa? ¿no? que diría este simpático señor). Pues el Madrid no estuvo, que es incluso peor que estar mal. Y me extraña mucho en un equipo de Mourinho.
A pesar de que empiezo a hartarme de la ‘divinización’ constante de Mou sobre todo desde los medios de Madrid (por lo menos hasta ahora, veremos qué pasa después de lo del lunes) soy muy ‘Mourinhista’ y los que pasáis (o pasábais mejor dicho) por aquí a menudo, lo sabéis. Porque me gustaba su Oporto, porque a su Chelsea le he visto hacer contraataques mejor que a ningún equipo en el mundo y porque a su Inter lo hizo campeón de Europa con un mediapunta (Sneijder) y tres delanteros Milito, Eto’o y Pandev (aunque a veces jugasen de laterales). Pero sobre todo porque me parece que es un técnico que siempre aporta un ‘plus’ a sus equipos.
Por eso me extrañó más, si cabe, el resultado del clásico. Porque el Madrid salió apático, timorato, sin ni siquiera intención de ‘morder’. Sólo hizo daño con las entradas, nunca en el terreno de juego y la apatía le duró hasta después del partido, cuando por cierto, nadie fue capaz de dar explicaciones en zona mixta.
Más allá del lamentable partido de Marcelo, que volvió a exhibir todas sus carencias cuando se enfrenta a alguien de nivel, de que Pepe siendo uno de los mejores centrales del mundo al corte, siga sin saber tirar el fuera de juego y que Ramos, con todas sus condiciones, utilice la cabeza para separar las orejas en vez de para pensar, no tiene sentido que al Barcelona no se le presione la salida de balón. Quedarse parado, o no presionar desde arriba, es sinónimo de suicidio. Y eso le pasó al Madrid.
Además, tengo la sensación de que Mourinho se traicionó a sí mismo, algo que nunca le había visto hacer. Creo que el cuerpo le pedía meter a Lass de inicio, como hizo en el descanso y que no confía en Benzema (de lo que no le culpo, visto su rendimiento).
Cristiano volvió a ser un alma en pena y sólo se dedicó a deambular por el campo. Como siempre que juega contra el Barça, parece un jugador menor, casi vulgar. Además, Özil al que admiro desde hace mucho tiempo, no asume las responsabilidades que debería en los partidos realmente importantes. Desapareció en la final de la UEFA de 2009, cuando Diego no estaba y había que tirar del Bremen, le volvió a pasar este verano en la Semifinal de Sudáfrica y de nuevo le ocurrió lo mismo el pasado lunes.
Pero volvamos a Mourinho. Porque a ‘the special one’ se le fichó para estos partidos. Para estar a la altura en las grandes citas. Porque para ganar a equios de mitad de tabla, valían Schuster, Juande, Pellegrini y hasta Luxemburgo. Y en la primera reválida no sólo no ha ganado, sino que ha estado peor que todos los anteriores. Si al chileno se le criticó hasta la saciedad por ‘no haber ganado a nadie’, lo mismo se debería hacer con el portugués. Pero claro, siempre ha habido clases…
Mourinho aún tiene en la recámara la bala de la Champions, y si la gana, este partido no será más que una mera anécdota, pero si llega a fracasar (caer en cuartos, por ejemplo) no sé a qué o quién recurrirá el Real Madrid. El año pasado Florentino fichó a golpe de talonario al proclamado por casi todos como el mejor entrenador del mundo (con permiso de Guardiola, por supuesto), pero de momento (y reitero lo de ‘de momento’) nada ha cambiado.
PD: El West Ham le metió 4-o al Manchester United en la Carling Cup. Vamos últimos en Liga, pero cuando ganamos lo hacemos con mucha clase.