El movimiento de la Reforma católica o Contrarreforma de los siglos XVI y XVII consiste en la renovación espiritual de la Iglesia católica a partir de la aplicación de las ideas renacentistas, basándose en dar una respuesta a la Reforma protestante de Martín Lutero, que había debilitado a la Iglesia.
Se concreta durante el resurgimiento católico desde el pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en 1648.
Sus objetivos fueron renovar la Iglesia y evitar el avance de las doctrinas protestantes, centrándose sobre todo en cuatro aspectos:
1. Doctrina.
2. Reestructuración eclesiástica, con la fundación de seminarios.
3. Reforma de las órdenes religiosas, haciéndolas volver a sus orígenes tradicionales.
4. Vigilancia de los movimientos espirituales, centrándolos en la vida piadosa y en una relación personal con un sacerdote, y éste, con Cristo. Esto incluía a los místicos españoles y a la escuela de espiritualidad francesa.
La aportación de la Iglesia española a este movimiento se concreto en el pensamiento de eruditos de la Compañía de Jesús, como Luis de Molina, Francisco Suárez o Juan de Mariana, y en la victoria mediante argumentos en el Concilio de Trento en los años de 1545 a 1563.
1- COMPAÑÍA DE JESUS
La Compañía de Jesús fue la orden religiosa que mejor se identificó con el espíritu y la práctica de la Contrarreforma, es decir, con la renovación espiritual de la Iglesia católica a partir de la aplicación de las ideas renacentistas.
Los jesuitas realizaron las aportaciones más avanzadas en la Iglesia de la segunda mitad del siglo XVI:
- En relación con el tema de la justificación, los jesuitas reafirmaron la libertad del hombre en su relación con Dios, dando valor a su comportamiento en la vida secular.
- Mostraron confianza en la capacidad de la razón para conseguir el desarrollo de cualidades personales de valor, como la iniciativa o la capacidad crítica.
Partiendo de estos planteamientos, los jesuitas desarrollaron una filosofía política muy consistente, que partía de la refutación del luteranismo, destacaba el carácter divino de la estructura jerárquica de la Iglesia y defendía el poder religioso de la Iglesia frente a cualquier intento de intromisión del Estado. Sobre este último punto, intentaron dejar claro que el Estado es una institución de poder, pero de otro orden distinto al divino; una institución humana nacida por la libre acción de los hombres y cuyo ámbito era estrictamente natural.
La filosofía política jesuita se basó en dos afirmaciones clave:
- En la línea del secularismo propio de la cultura renacentista, la afirmación del valor de la vida temporal y, consecuentemente, de las instituciones temporales.
- La afirmación del valor de la razón para encontrar las pautas correctas que deben organizar la convivencia humana.
Del cruce de ambas afirmaciones nació el concepto de Derecho natural, que fue la columna vertebral de toda la filosofía política de los jesuitas. Sus ideas no son completamente novedosas, ya que están en la tradición escolástica tomista, por lo que es coherente entender el pensamiento jesuita como una evolución del tomismo (pensamiento de Santo Tomás). Sin llegar a una ruptura con la tradición anterior, los jesuitas dieron pasos decisivos en la construcción del iusnaturalismo laico, es decir, del Derecho natural moderno.
Sus tres grandes representantes fueron Luis de Molina, Francisco Suárez o Juan de Mariana.
2- CONCILIO DE TRENTO
Fue un concilio general de la Iglesia, reunido de 1545 a 1563 en Trento, cerca de los Alpes, que aprobó una serie de decretos doctrinales con respecto a los dogmas, la disciplina, el papado y las órdenes religiosas, que permanecieron vigentes hasta que se reunió el siguiente concilio, más de tres siglos después.
Fue convocado por Pablo III y estableció:
- Una jerarquía efectiva de supervisión para garantizar que el clero y los laicos observaran las nuevas normas de disciplina y ortodoxia que se esperaba de ellos.
- El fortalecimiento de la figura del Papa.
- La revitalización de la meditación y la oración, así como el control de las pasiones de los individuos.
- El examen cotidiano de la conciencia y la confesión.
- La celebración de fiestas anuales en honor de los santos y las advocaciones a la Virgen María.
- El impulso a la formación de más cofradías y hermandades donde se organizarían cajas de ahorro para ayudar a las viudas, los huérfanos, los ancianos y los enfermos, y para pagar los gastos funerarios.
- El castigo a los miembros de la Iglesia que abusaran de los bienes económicos de los fieles.
- Estas medidas, junto con la Inquisición y las guerras de religión, pretendían detener el avance del
- Protestantismo e infundir un nuevo entusiasmo y confianza a los católicos.
Hacia 1650, más de dos tercios de Europa prestaba de nuevo obediencia a la Iglesia de Roma: la Reforma protestante, en conjunto, sólo conservó su influencia en el norte.