Reformas

Publicado el 20 julio 2013 por Lorena
  Hola. Hace frío. Se me están congelando los dedos de las manos y los de los pies. Dejo un cuento y voy por un café.      Reformas
   Ella quería todo pintado de verde, verde claro con los bordes en blanco y tal vez un poco de verde más oscuro allí donde la pared toca el piso.
   Él lo quería azul, como el cielo que tanto le gustaba ver, azul con bordes amarillos para recordar el sol.
   —¡Pero eso es ridículo! —dijo Carola—. Esos son colores chillones, no van juntos.
   —El verde es muy aburrido —se quejó Marcos—, no podemos pintar toda la casa así, hay que ponerle vida.
   —La vida la ponemos nosotros —Carola se acercó a su marido y se adueñó de su brazo—. Además, el azul y el amarillo no combinan con los muebles.
   Marcos frunció los labios y miró alrededor.
   —Podríamos cambiar los muebles.
   —No seas tonto —Carola le dio un golpe en el hombro y se soltó para dar una vuelta por la habitación que sería su dormitorio—. Los tenemos desde que nos casamos.
   —Hace solo dos años —dijo Marcos.
   —Justamente por eso —sonrió su mujer—, todavía están nuevos.
   —Pero no tenemos que adaptarnos a los muebles; ellos los que están para que nosotros los usemos.
   —Te recuerdo que nosotros los elegimos cuando...
   —Está bien, está bien —Marcos se acercó a su mujer y la abrazó—. Azul el comedor y verde el dormitorio.
   —No, no.
   —Pero, querida, no puede ser todo de un solo color.
   —Tampoco todo de diferente, no va el verde con el azul… tal vez solo el amarillo… bien claro.
   —Eso es casi como un verde —Marcos la soltó y caminó hacia la otra esquina.
   —No hace falta que decidamos ahora —dijo Carola— todavía no compramos la casa.
   —Es solo papeleo, Caro, es nuestra.
   Su mujer se abrazó a sí misma y miró las paredes.
   —Es que azul no va.
   Marcos la observó desde fuera del dormitorio.
   —Entonces celeste, se parece al verde.
   —¿En qué?
   —¿Cómo en qué? Son similares.
   —Es azul, pero más claro.
   Marcos puso los ojos en blanco.
   —¿Qué tienes en contra del azul? ¿O del amarillo?
   —Es que… no sé… no va con…
   —¿Sabías cómo se forma el verde, no?
   —¡Por supuesto que sí! —Carola se cruzó de brazos—. No es lo mismo.
   Marcos suspiró.
   —Verde.
   —Azul —apretó las mandíbulas— y amarillo.
   Carola pegó una patada al suelo y Marcos se recostó sobre el vano de la puerta.
   —Lo podemos decidir después.
   —No, tiene que ser ahora, antes de que la compremos.
   —Carola, ya te dije que…
   —Si no es verde, no la quiero.
   —¿Qué? ¿Estás loca? Ya hicimos el pago de… —Marcos inspiró sonoramente— Lo hablamos después.
   —Lo hablamos ahora o no lo hablamos… Verde.
   —Esto es una tontería.  
   —Verde.
   —Azul y amarillo.
   Carola caminó hasta la pared opuesta de la habitación y se recostó de frente a su marido.
   —Verde.
   —Azul y amarillo.
   —Verde.
   —¿Te das cuenta de que esto no tiene sentido? No vamos a lograr nada hasta que alguno cambie de opinión.
   —Yo no cambio, lo quiero verde.
   —Pues yo lo quiero azul y no voy a ceder esta vez, Carola.
   —¿A qué te refieres?
   —Lo sabes bien.
   —No, no sé de qué hablas.
   —Azul… y amarillo.  
   —Verde —dijo Carola y cruzó también las piernas—, verde, verde, verde.
   Fuera, el cielo cambió a pálido rosa mientras el sol se arrastraba bajo tierra. Las luces de la casa permanecieron encendidas toda la noche, con su tenue resplandor ahogado por la oscuridad, donde todo se veía gris.
Cuento anterior......................................................Cuento siguiente
Ver listado de cuentos Ver listado de minicuentos