Esta semana estoy leyendo Las tres bodas de Manolita de Almudena Grandes. Con esta lectura termino con la Lectura Conjunta organizada Hojas de Alisio en la que nos convocaba a leer los Episodios de una Guerra Interminable de esta autora.
Capítulo XLV. Donde se acaba de averiguar la duda del yelmo de Mambrino y de la albarda, y otras aventuras sucedidas, con toda verdad.
Desde luego ¡¡vaya panda de gente que se ha juntado en la venta!! El lugar en cuestión debe ser enorme de tamaño para que todos los que van llegando a la venta quepan en el sitio y aún les quede espacio para pelearse entre ellos. Por un lado, tenemos al barbero al que Don Quijote le robó la bacía (el yelmo de Mambrino) y Sancho, la albarda; además todos aquellos que saben que Don Quijote está mal de la cabeza y que aprovechan cualquier oportunidad para reírse de él; y por último, los que acaban de llegar y desconocen la locura de Don Quijote. Entre los unos y los otros acaban a palos en la venta siendo el centro de las disputas de nuevo lo que Don Quijote cree. La venta se convierte de nuevo en un guirigay donde todos pelean con todos, todos se pegan entre ellos hasta que a la voz de Don Quijote paran y algunos hasta acaban reconociendo que la venta podría estar encantada.
Después de estos hechos y una vez que todo el mundo se ha calmado, uno de los cuadrilleros reconoce que la persona a la que andan buscando en nombre del Rey es Don Quijote al que buscan por ladrón y salteador de caminos además de por soltar a los presos en una de sus aventuras anteriores.
¿en qué acabará todo? ¿se lo llevarán preso?