Regala tiempo 🌿

Por Rodolfo90

El tiempo es nuestro bien más preciado, no se puede comprar, ni vender; su limitación la impone nuestra condición de mortales. En nuestras sociedades modernas acomodadas, en las que todo va rápido, acelerado, las posibilidades de ocupar el tiempo son infinitas; además del trabajo y de los quehaceres diarios, está el ocio (que es un gran negocio). Cuanto más se hace, más se quiere hacer, cuanto más se tiene, más se quiere tener, cuanto más se consume, más se quiere consumir, y así en una cadena sin fin que nunca nos sacia. La frase que más se oye “no tengo tiempo para nada”, en realidad debería ser: “ocupo el tiempo en demasiadas cosas y no me queda tiempo para VIVIR”. A veces toca replantearse reducir el consumo innecesario, y así reducir los gastos y con ellos el tiempo dedicado a trabajos que no nos satisfacen o que nos roban tiempo para VIVIR. Lo mismo con el ocio; prueba a disfrutar de la naturaleza y llévate el picnic, es muy barato, saludable y satisfactorio.

¿Pero qué hay de ese tiempo sin tiempo, de ese tiempo sin horarios, sin reloj, de ese tiempo amoroso donde nuestras esencias se encuentran y pierdes la noción del tiempo?

Estamos próximos a Navidad, una fiesta que en la antigüedad celebraba el despertar de la Naturaleza (solsticio de invierno, cuando los días empiezan a crecer), y que en nuestra tradición más reciente (sin entrar en connotaciones religiosas), es simplemente un tiempo de reunión y celebración en familia (entendiendo por familia nuestros semejantes sean o no de sangre), en la que hay costumbre de intercambiarse regalos (Papá Noel y los Reyes Magos). Los poderes económicos la han convertido en una oportunidad para aumentar el consumo de bienes materiales (la mayoría de las veces superfluos e innecesarios).

¿Qué mejor regalo que dedicar parte de tu tiempo amoroso a los demás? Los más pequeños de la casa son los que más lo van a disfrutar: juega con ellos; llévalos a la naturaleza y haz algún ritual mágico para celebrar que somos parte de ella; recoge hojas secas, ramas y piñas para decorar; cuéntales historias que les conecten con la Naturaleza y el amor por los demás; o introdúcelos en la elaboración de platos divertidos y sanos. Y no nos olvidemos de los mayores, los que más nos necesitan, a los que la vida se les apaga; con una caricia, una sonrisa y un contar con ellos, su pequeña llama se avivará y nos iluminará a todos. Se trata de conectar con los demás de verdad, de forma real, no virtual.

Mis regalos preferidos para hacer ahora o en cualquier otro momento son: tiempo para charlar, pasear, disfrutar de la naturaleza, bailar, abrazar, dar un masaje, preparar una comida especial… o, simplemente, tiempo para ser y estar.