Podemos optar por miles de productos que se ofertan en esta época pero hay uno que –sin ninguna duda- dibujará una sonrisa en la cara de quien lo reciba y perdurará por siempre por tratarse de piezas únicas llenas de color, creatividad y calidad; piezas que te recordarán de dónde vienes y te harán sentir siempre en casa.
Hablamos de la artesanía peruana. En cualquiera de sus expresiones -sea un artículo decorativo o utilitario- de la forma, textura y tamaño que sea, son una muestra de arte que llenan de vida los espacios y a quienes la portan.
Esto se explica porque cada pueblo es capaz de ofrecer una artesanía única y especial. Nuestros artesanos utilizan el lenguaje artístico para cristalizar un instante visual; ese instante del encuentro entre lo animado y lo expresado.
Tenemos millones de opciones para regalar (o autoregalarnos). Somos tan afortunados que podemos escoger entre joyería de plata, oro o con pedrería; artículos de cuero; productos textiles como carteras, telares, muñecas; verdaderas obras artísticas de decoración como artesanías de Chulucanas, retablos ayacuchanos o bordados de Huancavelica y un largo etcétera.
Y, si lo que deseamos es decorar nuestra casa con artículos lindos de Navidad, no hay que pensarlo dos veces: Corramos a comprar nacimientos, mates burilados con temas navideños, bombas para el árbol, tapetes y cojines que celebren las fechas decembrinas y llenémonos del espíritu navideño peruano.
Salgamos de lo cotidiano y compremos calidad peruana. Obsequiemos el bello resultado trabajo personal y directo que involucra a un artista con su creación; un regalo con personalidad capaz de reflejar la historia y la alegría de un pueblo.
Promovamos la comercialización de la artesanía peruana comprándola y regalándola. Aprovechemos que en las próximas semanas empezarán las ferias navideñas de productos artesanales para visitarlas, comprar y sorprender a los que más quieres con un regalo inolvidable.