Y a su vez, hoy tengo la última clase matenal y la verdad me siento un poco triste aunque enormemente feliz de haber asistido.
La primera vez que asistí a las clases cuando estaba embarazada de mi hijo, a pesar de tener a otra matrona estupenda y también muy respetuosa, no disfruté tanto y fue simplemente porque ibas sin saber a qué, era primeriza, no sabía de la maternidad, no sentía y sabía todo lo que se a día de hoy, iba "porque tenía que ir" y no porque realmente quisiera.
En cambio esta vez ha sido totalmente distinto. Esta vez he querido ir no para aprender o para que me enseñen cómo hacerlo, sino para sentirme en tribu, sentirme entre iguales, otras mamás en mi situación, embarazadas y llenas de dudas, de miedo y de ilusiones por su embarazo y sus bebés.
Y yo, esta vez, aunque llevaba ventaja al respecto y estoy metida en un mundo en el que, por suerte, me he podido informar y nutrir de miles de historias de mamás y profesionales al respecto de la maternidad, he aprendido mucho con la matrona que me ha tocado por suerte.
El pasado lunes y después de hablar sobre lactancia materna (tema que controlo no solo por ser asesora de lactancia sino por llevar amamantando a mi pequeño desde hace ya tres años) y después de sentirme totalmente de acuerdo e identificada con toda su charla, al terminar la clase me dijo: -tú y yo vamos en la misma línea- y es verdad, es una matrona que no solo hace su labor de informar a las madres sobre cómo pueden hacerlo, sino que realmente se preocupa de que nos convenzamos de que SI podemos hacerlo, de que como mamíferas estamos programadas para ello y de que lo conseguiremos.
Además cree en una crianza con apego seguro y con amor, cree en todos esos principios que me llevaron a mí a crear este blog y por ello siento que he aprendido mucho de ella en estas semanas.
Me sentía insegura con mi parto, ahora me siento conectada con mi cuerpo como os conté la semana anterior y en gran parte se lo debo a ella, que nos ha enseñado a conectar, o más bien a desconectar del mundo y dejarnos guiar por nuestros instintos. Ahora me siento segura de mí misma. (Gracias Lola)
También me han servido estas clases para darme cuenta de lo desinformados que siguen los papás y mamas, de que realmente necesitan todo nuestro apoyo en sus nuevas andaduras hacia su maternidad, que el entorno y esta sociedad patriarcal y consumista sigue marcando demasiado hondo y que aun debemos hacer un gran trabajo para ayudar a todas estas familias a creer en ellos mismos y no en los "qué dirán" y en los consejos no pedidos.
Así que ahora sé qué linea seguir en mi trabajo para poder ayudar lo máximo posible.
Y para celebrar todo esto que os cuento, todo lo que he descubierto en estas clases y lo segura ue me siento ahora, quiero compartir con todas vosotras,
mamás, que esperais a vuestro hijo/a con toda vuestra ilusión y amor,
a las primerizas que sentís miedo ante lo desconocido,
a todas las que pasasteis por un parto triste, fuera de vuestras expectativas o traumático y quereis vivir el nuevo de manera distinta.
A todas esas mamás que siempre estais al otro lado, quiero dedicaros esta canción de Rosa Zaragoza:
"SABEMOS PARIR" no os quepa duda, estamos preparadas, podemos y lo haremos.
Un abrazo a todas.