1. No critiques, no condenes ni te quejes.
2. Brinda honesto y sincero reconocimiento.
3. Despierta en la otra persona un deseo de superación.
4. Muéstrate sinceramente interesado en los demás.
5. Logra que la otra persona se sienta importante, y hazlo sinceramente.
6. Muestra respeto por las opiniones ajenas. Nunca digas: “usted está equivocado”.
7. Comienza amigablemente.
8. Logra que el otro diga “sí, sí” inmediatamente.
9. Deja que la otra persona sienta que la idea es suya.
10. Apela a los motivos más nobles.
11. Haz notar los errores ajenos indirectamente.
12. Habla acerca de tus propios errores, en lugar de criticar a la otra persona.
13. Haz preguntas en vez de dar órdenes directas.
14. Deja que la otra persona salve su prestigio.
Nadie dijo que estos 14 puntos sean fáciles de practicar, para empezar se requiere leer el texto del que se desprenden para entender mejor algunos de estos, pero mantener la amistad de amigos sinceros merece un esfuerzo constante, ¿verdad?.
Déjenme agregar que en lo personal nunca he sido de esas personas prudentes, me sale como a muchos lo norteño, o sea lo directo, y al rojo le decimos rojo y al blanco blanco, de una manera golpeada desgraciadamente, pero con honestidad, de lo contrario no tendría caso escribir estas líneas. Cómo le decía a uno de mis compañeros en días pasados: Hay dos cosas con las que he lidiado en toda mi vida, una es lo bruto que soy y otra lo honesto, a lo mejor lo bruto se me quita un día, pero la honestidad nunca.
Que sea una gran semana para todos nosotros…