Regresar al NO-DO: fantasmas franquistas arrastran cadenas por RTVE

Publicado el 13 julio 2012 por Monetarius

A Juan Ramón Lucas y Toni Garrido, represaliados de la radio pública.

Quien haya creído que el gobierno de la derecha simplemente venía a solventar los errores del gobierno del PSOE ha pecado de una ingenuidad que, en el reino de España, tiene agravantes dolosos. Volver a entregarle el país a los que siguen reclamando como gesta heróica el 18 de julio de 1936 y a los que no piensan que se hiciera nada mal durante los 40 años de dictadura o la década de la gloriosa transición es también, dato nada baladí, ponerle alfombra roja a los que siempre sacaron provecho económico de la debilidad de la democracia en España. Siguiendo la costumbre de Franco, en el verano se queman bosques para luego edificar y arden derechos para que no haya freno al avance de las tropas nacional-católicas.

Está lo obvio calcinándose. El seguro de desempleo, las conquistas sociales, un sueldo digno, la seguridad social, las pagas extra (un desafortunado nombre para la compensación de los sueldo miserables de la administración), las medicinas, las pensiones, la subida de los impuestos indirectos, el “que se jodan” de una diputada a los trabajadores a los que el Gobierno les complica la vida, el acceso a la universidad, el deterioro de la enseñanza pública, la represión brutal de la protesta, los robos de la casa real, el freno de la investigación de la red Gürtel… Muchas cosas. Pero este pueblo está empezando a darse cuenta. Huele demasiado a monte quemado.

Junto a todo lo que está siendo pasto de las llamas, ahora le acompaña el robo de las palabras que tocan el pensamiento. La lucha de clases siempre es una lucha de frases. Se trata de acrecentar las dificultades para que la ciudadanía no pueda procesar la increible realidad (y cómo son muchos los que no están en la resignación). Es el momento de cerrar el camino al pensamiento a través de medios públicos críticos, objetivos, decentes.  Malos periodistas y pésimas personas de la franja mercenaria del periodismo -tarifados de TeleMadrid o Intereconomía- ahora desembarcan en la televisión pública y en Radio Nacional de España. ¿De verdad pensaron que el PP venía a ayudar?

Perder la radio duele como perder salario. No llegar a fin de mes y no tener radio que escuchar restan calidad de vida. Una, cierto es, te golpea de inmediato. La otra hace la vida más miserable. No se trata de comparar. Se trata de que la radio es una herramienta para que no te bajen el sueldo y para que sepas que en tu pelea no estás solo, que tu manera de pensar no te convierte en un marciano, que el diálogo a través de las ondas te ayuda a entender tu lugar en el mundo.

Las razones de los cambios no tienen que ver con la audicencia -tanto Juan Ramón Lucas como Toni Garrido han doblado el número de la gente pegada al transistor en esa banda-, sino el pensamiento libre, la mirada irreverente, el cuestionamiento de las verdades oficiales. Cinco años acompañándonos de RNE, refugio frente a la deriva de la SER hacia posiciones difíciles de asumir. Ahora, ese puerta se cierra. ¿Qué queda? Urge que la ciudadanía crítica esté dispuesta a hacer más de lo que pueda para lograr unos medios de comunicación a la altura del reto político que enfrenta la crisis del Estado social y democrático de derecho. Tan importante como salir a la calle, desafiar al poder, defender el empleo y el sueldo, no permitir las agresiones de los antidisturbios. O nos explicamos y contamos a nosotros mismos o nos explican. Y quien te pone el nombre, siempre tiene la tentación de subordinarte.