Ahora que he decidido liberarme de la presión papal, ahora que regresan las noches frescas, ahora que intento alimentar la esperanza por recobrar el pulso de la propia existencia, ahora que la actividad política almanseña comienza a desperezarse del adormecimiento, regreso.
Sólo quería decir esto. Poca cosa es. Pero me ha servido para escenificar el reencuentro. Conmigo y con los que me leéis. De vez en cuando, hablar sin contar nada especialmente relevante, también nos sirve para saber que el diálogo permanece. De nuevo, hola a todos.