42 días. Este es el tiempo transcurrido desde la última entrada que publiqué. Demasiado tiempo, cierto. Una larga ausencia. Y es que este lapso temporal ha estado marcado por la preparación y la realización de los exámenes del segundo cuatrimestre universitario.
Cuando redactaba mi última entrada y la publicaba por mi cabeza no entraba el pensamiento de "desaparecer" largo tiempo de este espacio virtual (véase este blog y las visitas a otros), mas el estudio, que no iba como a mis apreciadas y distinguidas neuronas deseaban, empezó a ocupar más horas de lo previsto e incluso durante el mes de mayo y los primeros días del mes de junio apenas leí por puro placer. Los libros que tenía previsto leer por el simple hecho de disfrutar del acto mismo de la lectura y las novelas que había cogido en préstamo de la biblioteca tuve que aparcarlos y/o devolverlos. Dado que no lograba encontrar el momento de desconexión suficiente que requiere todo acto de leer ni lograba hilvanar frases medianamente coherentes para redactar alguna que otra entrada con la que compartir las novelas que había logrado concluir - y que en próximos días comentaré por aquí - decidí, la podría apuntar así, desaparición. Después de este parón de 42 días vuelvo a la actividad en todos los frentes: este blog, las visitas a otros blogs (algo que ya he intentado hacer estos días de postexámenes) y, especialmente, el mismo acto de leer. De momento, ya he realizado la correspondiente visita a la biblioteca, amén de rebuscar por las estanterías de mi habitación, para nuevas lecturas que me puedan atrapar y que desee compartir en este espacio virtual. No quisiera concluir esta entrada sin antes agradecer no solo a las personas que soléis visitar y/o comentar las entradas publicadas sino también a aquellas personas que habéis llegado recientemente y habéis decidido quedaros, así como agradecer a las personas que han aparecido por Lecturas que atrapan (la página face "hermana" de este blog) y han clicado al botón de Me gusta. Estoy de vuelta...