Opinión:
Cada cierto tiempo vemos en televisión alguna noticia relativa a los tiroteos que tienen lugar en Estados Unidos. Esto es resultado de las facilidades que tiene la población de a pie, sin instrucción ni exámenes psicológicos, para conseguir armas. En medio del complejo debate acerca de la legalización de las armas, muchos autores se posicionan en contra, y eso ha dado lugar a un gran número de obras relacionadas con los tiroteos.
Lo que me interesaba de Reino de fieras era que la perspectiva iba a ser distinta, no solo porque la ambientación distaba mucho de un instituto, sino también porque las víctimas directas no eran jóvenes, sino una madre y su hijo. ¿Hasta dónde es capaz de llegar una madre para proteger a su hijo? La mejor forma de conocerse a uno mismo es explorar los límites, y eso es lo que me gusta de estos libros, que llevan a sus personajes a tal extremo que les obliga a enfrentarse a su propia moralidad.
La autora trata de suplir esa falta de acción recurriendo a otros puntos de vista esporádicos, tanto de otras personas que se encuentran ocultas en el parque, como de uno de los agresores, pero eso solo logra que la novela resulte más dispersa, pues no hay espacio suficiente para tratar la psicología del agresor ni tampoco hay ningún cambio significativo en el resto de personajes. La novela debería girar exclusivamente en torno a la madre y en su psicología, no en los demás. Al marcharnos de su lado se pierde la tensión de la espera, como si no poder hacer nada no fuera terrorífico.
Por otra parte, entiendo que piense en su hijo, pero no hasta esos extremos. Es como si no tuviera una vida más allá de él, pese a que está felizmente casada y doy por hecho que tiene amigos. A la protagonista solo la conocemos en relación con su hijo, más allá de eso no hay nada. No sabemos de qué trabaja (si es que lo hace), cuáles son sus aficiones ni cómo es la relación con los que la rodean. Que el marido solo se comunique con ella por teléfono y que a partir de determinado momento deje de tener presencia (tanto en la trama como en la mente de la protagonista) me parece un grave error, pues él también sufre. Si no te interesaba, hubieras dicho que era madre soltera y ya está. Lo mismo sucede con las referencias al abandono de su madre y la repulsa que tiene a las cucarachas, pues eran una constante en su infancia. Más allá de remarcar que quiere ser mejor madre que la que tuve, no le veo el simbolismo a lo de las cucarachas.
La ambientación ha sido otra oportunidad de oro desperdiciada. Se podrían haber hecho interesantes metáforas relacionadas con los animales y su encierro (la ley del más fuerte, los protagonistas son cazados como animales, el cautiverio) e incluso a resueltas de la identificación de la protagonista con ellos, podría terminar en contra de estos espacios, pero no se habla de nada de esto ni por asomo. Más allá de algún animal muerto aquí y allá, podrían haber estado en cualquier otro recinto abierto, como un parque de atracciones (por cierto, el tiovivo de la portada no aparece).
Como era de esperar, al final hay más acción, hasta el punto de que tememos por la vida de la protagonista, pero más que lástima, he sentido desdén, pues todo lo que le pasa se lo merece por no pensar antes de actuar. Entiendo que en momentos de tensión podamos cometer tonterías, es completamente lógico que nos dejemos llevar por el pánico, pero en el caso de la protagonista, como no se profundiza en cómo se siente, no se justifican sus decisiones y no vemos que se esté dejando llevar por el pánico, por ejemplo.
Pese a todo, si hay algo que ha sido decepcionante es el final, muy al estilo Hitchcock: falta un epílogo. El final me ha dejado con muy mal sabor de boca, porque ya no pido que se trate el trauma resultante de una situación así, sino que casi se podría decir que el final es abierto (aunque no va a tener continuación), pues quedan muchas cosas en el aire que se podrían haber resuelto en un capítulo más. No sabemos qué sucede con algunos secundarios que se han escondido, qué pasa con el bebé, ni con los terroristas. Para os que os hagáis una idea, ni siquiera estoy segura de si la protagonista sobrevive o no, ese es el nivel.
En conclusión, estamos ante una novela que promete mucho y ofrece poco. Establece correctamente los lazos de madre e hijo y retrata a este último con gran realismo, pero el resto de la historia cojea, especialmente debido a la falta de tensión, algo básico de un thriller. Esto se debe a la poca acción que hay, a que la narración se disperse en varios puntos de vista que no tienen fuerza y que constantemente los personajes hagan digresiones sobre su pasado para evadirse de la realidad. Los secundarios no tienen presencia y no se profundiza en las emociones de la protagonista. A eso hay que sumarle el final abrupto que deja varias tramas abiertas, pese a que la historia no tendrá continuación. Por mi parte, no lo recomiendo, pues ni emociona como thriller ni como drama.
PD: Muy de acuerdo con esta reseña de Regina Irae
Cosas que he aprendido:
- Un buen sitio en el que esconder a un bebé llorón en un parque con altavoces.
- No pidas ayuda en mitad de un tiroteo, porque la gente tiende a disparar primero y preguntar después.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...1'5/5!
Primeras Líneas...