REINO DE FIERAS: Pesadilla en el zoo

Publicado el 20 enero 2018 por Ana Granger @AnaGranger21
SÁBADO, 20 DE ENERO DE 2018
Reino de fieras
"«Corre. Corre. Corre». Tiene la palabra metida en el cabeza, repitiéndose. Sus pies golpean el cemento al mismo ritmo. 
Se imagina que el hombre armado los observa, que sus pasos avanzan hacia ellos, que rodea el lago, que su sonrisa se ensancha. Se lo imagina acelerando." 
Fragmento de Reino de fieras de Gin Phillips

Sentada con la única luz de una lámpara en la cama y acompañada de los sonidos nocturnos que, amortiguados, llegaban a través de la ventana cerrada de mi cuarto, me he olvidado del mundo que me rodeaba. Cada noche, durante tres frenéticos días de lectura, he estado en un zoo, atrapada con una madre y su hijo a merced de unos pistoleros sin escrúpulos, las verdaderas bestias del lugar. 

Reino de fieras de Gin Phillips es un thriller que nos ha hecho a los lectores entrar pisando fuerte en el 2018, comprados sus derechos por más veinte países y que será llevado al cine. Joan lleva a su hijo Lincoln, de cuatro años, al zoo. Lo que se presenta como una tarde tranquila, se convierte en una de pesadilla. Lo que parecen unos petardos, se transforman en disparos y en cadáveres por doquier, a manos de unos locos armados hasta los dientes. Joan tendrá que resistir durante tres horas interminables en medio de una matanza indiscriminada con su hijo pequeño. Deberá proteger a Lincoln a toda costa y procurar que el miedo no se adueñe de él, un ruido, una luz, un sollozo... sería su fin. Bienvenidos a Reino de fieras

La autora utiliza un estilo narrativo muy directo y cuidado, siendo Joan la narradora principal la mayor parte del tiempo. Con ella compartirnos su miedo, sufrimos su angustia, sentimos la tensión y notamos la adrenalina liberada con el fin de sobrevivir. Phillips logra recrear la atmósfera de peligro, terror y estrés que verse en envuelto en un acontecimiento de tan espantoso provocaría en cualquiera. Aunque a intervalos la tensión puede decaer, el ritmo trepidante no cesa y la acción abunda y se condensa a la perfección en tres horas de máxima incertidumbre. ¿Lograrán Joan y Lincoln sobrevivir? ¿Qué será lo próximo a lo que deban enfrentarse? ¿Qué habríamos hecho nosotros? ¿Cómo de fuerte es el instinto de una madre por proteger a su pequeño? ¿Qué no haríamos por salvar a un hijo? ¿Por qué estas personas se sienten con derecho a arrebatarles a otros la vida?

Se añade también a la trama la peculiaridad del lugar, un zoo lleno de toda clase de animales, algunos muy peligrosos, también sometidos al estrés e incapaces de comprender lo que ocurre. Joan deberá tener también mucho cuidado de por donde se mueven, un descuido y las balas podrían ser el menor de sus problemas.

Al margen de la acción y la narrativa trepidante, si vemos más allá, es terrible que en países como en los Estados Unidos, una familia o persona sola no pueda acudir a algún lugar público como un zoo, una escuela, una universidad, un supermercado o, incluso, un hospital sin tener el temor real de que un desequilibrado o desequilibrados irrumpan y se pongan a disparar a diestro y siniestro. La legalidad de las armas y la facilidad con que las obtienen, que prácticamente te las regalan, como demostró el cineasta Michael Moore en su documental Bowling for Columbine cuando acude a un banco a abrirse una cuenta y allí a sus nuevos clientes les regalaban una escopeta nuevecita. Aquí en España puede que te regalen una vajilla o una tele normalita. Pero como las armas son un negocio muy lucrativo, y parece que los americanos no saben caminar sin llevar una en el bolsillo, pues ocurre lo que ocurre. Otra aspecto en el que deberíamos pensar, es en lo inútiles que son los zoos hoy día. Una cosa son las reservas naturales o los refugios destinados a animales en vías de extinción o sin hogar. Los zoos, en mi opinión, son cárceles para animales y deberían estar prohibidos. Es cruel sacarlos de su hábitat y encerrarlos en jaulas o "escenarios" que imitan su entorno natural sólo para que  un montón de humanos con cara de lerdos vayamos a allí y degamos: ¡Qué bonito! ¡Mira lo que hace! ¡Voy a sacarme un selfie con esa jirafa! ¡Buaj, le apesta el aliento! ¡Por qué el león duerme todo el rato y no mira a la cámara!

Volviendo al libro que me disperso, es admirable como Joan logra, sin tener a Lincoln en la inopia, que sea consciente del peligro de que los pillen pero sin que entre en pánico y pueda romper a llorar. Joan debe tragarse su miedo y mostrarse fuerte y decidida por ambos. El hecho de que su hijo esté con ella, le da una entereza que quizás de haber hallado sola no habría tenido. Hablando de lo de juzgar un libro por su cubierta, me encanta el aspecto y la encuadernación del mismo. En tapa dura, con sobrecubierta, esos caballitos de tíovivo en la portada y las barras doradas como los barrotes de una jaula, que es en lo que el zoo se convierte para Joan y Lincoln.Reino de fieras de Gin Phillips ha sido una lectura muy adictiva, genial escrita y ambientada que, aunque tiene algunos altibajos, sabe reponerse y mantener el nivel y la tensión en todo momento. Quizá un final un poco abrupto, pero en líneas generales me ha parecido un gran thriller que ha cumplido con nota mis expectativas. Me ha dado tres noches de pura adrenalina lectora, en las que más que devorar la novela, ha sido la novela la que me ha devorado a mí. ¡Una lectura que os recomiendo por lo bien escrita que está y porque es muy entretenida!

¡Mil gracias a Suma de Letras por ejemplar y por el león y el elefante que acompañaban al libro! Estos animales ahora ostentan un lugar privilegiado entre los libros de mi estantería.Título: Reino de fierasAutor: Gin PhillipsGénero: ThrillerEditorial: Suma de LetrasFormato: Papel y DigitalPáginas: 344Precio: 18,90 € (Papel) y 9,99 € (Digital)ISBN: 9788491291886
Argumento: Lincoln es un buen niño. Con cuatro años es curioso, inteligente y bien educado.

Hace lo que su madre le dice y sigue las normas.
«Hoy las reglas son distintas.
Y las reglas dicen que nos escondamos
y no permitamos que el hombre del arma
nos encuentre.»

Cuando un día feliz en el zoo se convierte en una pesadilla y Joan se ve atrapada con su hijo, deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y encontrar el coraje para protegerlo a cualquier precio; incluso si eso significa cruzar la línea entre el bien y el mal, entre la humanidad y el instinto animal. Una línea que nadie imaginaría nunca traspasar.Pero, a veces, las normas son diferentes.
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