Reintroducción de fauna extinta en Israel

Por Alvalufer

Puede que los naturalistas más curiosos estén familiarizados con la historia del rewilding en su modalidad más polémica, que es reintroducir en un lugar animales que se extinguieron en tiempos recientes. Actualmente en diversos lugares del mundo se están haciendo este tipo de acciones, sobre todo con animales grandes que no soportaron la presión humana. Yo os voy a hablar del caso de Israel, ya que visité en Septiembre un recinto en el que se trabaja para  devolver a este peculiar país animales que en tiempos recientes estuvieron a punto de perderse en toda su área de distribución o se perdieron de modo virtual quedando algún minúsculo reducto. En algunos casos quedan tan pocos ejemplares que sin la ayuda de la reproducción en cautividad lo hubieran tenido muy difícil para perdurar.

Tengo entendido que en Israel hay dos centros de reproducción y reintroducción de fauna casi amenazada o extinta, uno en el norte, que es el que yo visité, y otro en el sur, centrado en fauna desértica. El del norte es de fauna de bosques mediterráneos y montañosos, aunque según me contaron tanto en un sitio como en el otro casi todo lo que intentan reintroducir son ungulados, algo que pasa en prácticamente todos los rewilding de los que he oído hablar (no se atreven con carnívoros por miedo de la sociedad).

Este lugar se inauguró en los sesenta del pasado siglo con la intención clara de tener un núcleo reproductor en cautividad de especies que se habían perdido por la deforestación, caza y venenos, con el objetivo final de la aclimatación de individuos seleccionados y la liberación posteriormente en espacios abiertos como fauna salvaje.

Lo primero que quiero comentar es que el planteamiento del lugar es a modo de zoo, si bien solo aceptan visitas los sábados (yo fui invitado un día que no había nadie, lo cual agradezco considerablemente). Al entrar hay una tienda de regalos, una cafetería, un puesto en el que sacar los tickets, etc. Está muy bien indicado y tiene la gracia de estar a escasos minutos de Haifa, es más, está justo a la espalda de la ciudad, tras la universidad, paisaje llamativo porque pasamos de modo abrupto del bullicio urbano a la paz de un bosque mediterráneo protegido como parque natural, y aprovecho para decir que no caigo en ningún parque natural que yo haya visto  literalmente limítrofe con una ciudad de más de 100 mil habitantes (salvo espacios protegidos tipo ríos y marismas).

Pues al entrar, como decía, todo está señalado con carteles en hebreo e inglés, y la visita se hace paseando por caminitos de piedra, jardines, etc. Yo pensaba que iban a ser recintos enormes donde los animales vivieran asilvestrados con vistas a la liberación de algunos de ellos al medio natural conforme así lo valoraran los responsables (que en este caso eran trabajadores del ministerio de medio ambiente), pero no, eran recintos muy machacados por el propio trasiego de estos animales, con vallados y con miradores en alto para los visitantes. Los animales se muestran tranquilos, acostumbrados a la gente.

Lo primero que tienen es una charca artificial en la que intentan criar en cautividad su subespecie de salamandra. Luego ya vas empezando a ver ungulados, algunos como ya indiqué al principio en situación crítica en libertad ya sea en Israel o países vecinos, por lo que me siento afortunado de haberlos visto aunque fuera así y no en plena naturaleza. Había cabra montés, muflón y la estrella del lugar,el gamo persa, además de corzos. En todos los casos eran animales que no tenemos en nuestro país, ya que cuanto menos eran subespecies diferentes y propias de Oriente Medio.

Además de los mamíferos ya por último pude ver unas jaulas en las que tenían buitre leonado, alimoche y pigargo europeo. En el caso de los buitres me comentaron que alguno venía de España, y se mostraron entusiasmados cuando les dije que yo venía de allí, ya que consideran que nuestra fauna alada carroñera es privilegiada y sienten algo de envidia.

Mas allá de la fauna para la cría en cautividad se me cruzó un camaleón común, y me hizo gracia encontrarlo en un bosque mediterráneo, un hábitat natural para la especie pese a que mucha gente de Huelva cree que los camaleones solo viven en dunas y pinares costeros como están en mi ciudad. También pude ver buitres leonados y alimoches libres, sobrevolando el centro de cría- zoológico, e intuyo que dada la confianza que se tomaban debían ser animales que alguna vez fueron criados o aclimatados allí.