Hace dos días, el diario Expansión publicó un artículo en el que afirmaba que los sindicatos (UGT y CCOO) han perdido medio millón de afiliados desde el comienzo de la crisis, a tenor de los datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Esta misma mañana, los secretarios generales de ambas organizaciones, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, han comparecido en el programa “Los desayunos de TVE”, conducido por la periodista Ana Pastor, y han desmentido dicho dato. Incluso Toxo ha cifrado el aumento de la afiliación en unas 100 personal al día.
Lo ocurrido recientemente en las elecciones para la junta de personal de los servicios centrales de la Junta de Andalucía en Sevilla puede ser una seria llamada al orden por parte de los trabajadores. Los sindicatos se han quedado casi sin representación y se espera que ocurra algo parecido en las elecciones de la Administración General del Estado.
Uno de los blancos de las críticas del Movimiento 15-M ha sido precisamente la pasividad de los sindicatos mayoritarios durante el proceso de reformas que ha conducido a la situación actual. La huelga general contra la reforma laboral se quedó en algo meramente testimonial y el acuerdo sobre la reforma de pensiones no satisfizo a casi nadie por sus nefastos resultados. Para colmo andan inmersos en un proceso para lograr un acuerdo sobre la reforma de la negociación colectiva que actualmente está paralizado, pero del que tampoco se esperan grandes logros. Muchos trabajadores recriminan a las fuerzas sindicales mayoritarias la lejanía de sus representados y de la ciudadanía en general, no sin razón.
Se hace necesaria una reflexión profunda en las centrales sindicales que permita que los aparatos sean más permeables a las demandas de la gente. Una buena opción sería aligerar los aparatos y una mejor permeabilidad con la gente, recuperando el sindicalismo tradicional, a pie de calle. El que más legitimidad tiene y también el más creíble.
Los trabajadores de este país necesitan herramientas útiles para enfrentarse a los que se les viene encima, sobre todo ahora que el Partido Popular ya ha anunciado que impulsará una reforma laboral a la carta para los empresarios. Y las organizaciones sindicales son una de las pocas con las que cuentan. Por eso se hace ahora más necesario que nunca reinventarse.