Revista En Femenino

Reivindicar hacia afuera lo que es trabajo hacia adentro

Por Tenemostetas

Por Ileana Medina Hernández
Hay un importante sector del feminismo , incluido el institucional, que reivindica su derecho a no ser madres o a que la maternidad las haga "infeliz" (dixit), etc... y en todo caso concentran sus reivindicaciones en el derecho al trabajo, a la igualdad salarial, etc. Ahora también se suma un sector (no sé si con ideología política específica) que reivindican el derecho a ser "malas madres", lo cual parece una forma supuestamente humorística de decir que reivindican el derecho a que la maternidad no les cambie la vida, y a seguir comprando "bolsos de Chanel" (dixit) o de Gucci, ya puestos.
Cada cual es libre de reivindicar lo que le dé la gana, faltaría más, y además nunca está de más el sentido del humor y la capacidad de reírse de uno mismo, si no fuera porque a veces reírse de la soga en casa del ahorcado resulta un poco de mal gusto. Quizás ellas van sobradas de capacidad maternal y pueden reírse, a mí como me faltan recursos, tengo que reforzarme.
No sé si será que provengo de un entorno donde las mujeres tuvimos la suerte de educarnos y prepararnos intelectualmente, pero nunca sentí ninguna presión que me obligara a ser madre, y sí para estudiar, formarme y trabajar. Además, cuando yo era joven, el primer sentido que le encontré a la palabra libertad fue cagarme en el "qué dirán", así que nunca me sentí obligada moralmente a nada. Mi hermana y algunas de mis mejores amigas no son madres y yo siempre lo he visto tan normal que se cae de maduro. Nunca soñé con ser madre ni nada por el estilo, pero cuando lo fui, algo inevitablemente dentro de mí cambió, por suerte para mis hijos.
Pero vamos a ver. ¿De verdad hay obstáculos reales que impidan a alguna mujer no ser madre o no ser madre perfecta (partiendo de que ninguna lo somos)?
En cambio, se me ocurren muchos, muchísimos obstáculos reales que esta sociedad pone a la maternidad y a ejercerla de modo implicado y presente:

Reivindicar hacia afuera lo que es trabajo hacia adentro

Diputada italiana 

-Empresas que no te contratan si eres mujer, o si estás en edad fértil, o si estás casada, o si huelen que puedes quedarte embarazada, o si te quedas, o te echan cuando vuelves de la baja maternal.
-Ridícula baja maternal de 16 semanas, de las cuales solo 6 tras el parto son obligatorias, y ni siquiera eso te impide incorporarte a los 10 días si así lo deseas o necesitas.
-Ginecólogos y ginecólogas que programan y realizan cesáreas innecesarias, conociendo los riesgos para la salud de la mujer y del bebé que tiene una cirugía mayor, lo cual viola la ética médica. Luego le hacen creer a las mujeres que eran justificadísimas.
-Hospitales que siguen inmovilizando a las mujeres para parir, y sometiéndonos a episiotomías, lavativas, humillaciones y coacciones varias.
-Hospitales que siguen separando a bebés sanos de su madre al nacer, rutinariamente, en contra de toda evidencia científica.
-Médicos, pediatras, enfermeras de pediatría, que no saben nada de lactancia materna (lo cual es su deber profesional) y dan consejos que hacen fracasar las lactancias.
-Centros de salud que exponen publicidad y regalan muestras de leche de fórmula, violando la ley.
-Poquísimas o ningunas guarderías en los propios centros de trabajo, al menos en los que tengan un número elevado de trabajadoras y trabajadores.
-Imposibilidad real de reducir jornada laboral o flexibilizar horarios de entrada y salida en las empresas privadas, de faltar cuando los niños se ponen malos, de evitar el presencialismo, trabajar por objetivos, hacer teletrabajo u otras formas de conciliación.
-Mujeres que son echadas de restaurantes, centros comerciales, bibliotecas, etc... por amamantar a su bebé.
-Aviones, hoteles, restaurantes, cruceros, tiendas... que impiden la entrada de niños
-Mujeres que en nada se realizan trabajando ni se pueden comprar bolsos de Chanel, y que con el corazón estrujado no les queda más remedio que dejar a los niños con fiebre y un chute de paracetamol en una guardería inmunda,  para irse a hacer un trabajo de mierda por 700 euros, son mayoría y multitud.
Y seguro que bastantes más que se me quedan por ahí.
¿Y obstáculos legales o estructurales reales que te impidan no ser madre, o ejercerlo a tiempo parcial? ¿Existe alguno? ¿Existe alguna empresa a la que le moleste que trabajes de sol a sol y no faltes ni llegues tarde nunca porque no tienes "cargas familiares" (el trabajo un derecho, la familia una carga)? ¿Discotecas que te impidan la entrada si has dejado a tu hijo en casa con una nana? ¿Tiendas que te digan que no te puedes comprar bolsos si eres madre? ¿Algún reglamento que te impida contratar asistentas o canguros, enviar niños a campamentos, llevarlos a guarderías, colegios y extraescolares desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde, dejarlos con la abuela para irte de vacaciones? Bueno, sí, todo eso cuesta dinero, es verdad. Excepto trabajar, que es lo que hacemos para ganarlo y luego poderlo gastar en ello, para poder trabajar y así. Pero el sistema realmente estimula eso desde todos los bandos. No veo cuál es el obstáculo. ¿De verdad se "cambia el mundo" reivindicando ese supuesto derecho tan violado? ¿De verdad es tan progre y tan divertido y tan guay y mola mogollón?
¿La tan temida "presión social" somos cuatro madres blogueras ñoñas y profesionalmente frustradas que queremos cantar a la felicidad y al placer potencial de la maternidad? ¿El movimiento del "new momism" (o de una nueva maternidad, ya puestas :-) ) de verdad tiene algún poder real? Que más quisiéramos. ¿De verdad pretende convertir a alguien, o simplemente pretende combatir esos obstáculos reales que describí más arriba, y abrir las posibilidades y los derechos a todas, y de paso también a los niños y niñas?
Me temo que hay mucho de tirar balones fuera. De proyectar hacia afuera lo que no es más que un trabajo interior que hacer. Que no te importe lo que diga la vecina, la suegra, el libro tal o la bloguera más cual es un trabajo que tenemos que hacer hacia dentro. Ganar en autoestima, seguridad y confianza para hacer lo que nos sale del coño sin importar lo que digan las otras y los otros. Eso es la paz, y lo que permite la democracia y la libertad de expresión, por cierto.
Todas tiramos balones afuera a veces. Todas proyectamos y pedimos, cual niñas pequeñas, que nos acepten con nuestras condiciones vitales, sean las que sean, y que no nos critiquen. Quizás incluso toda reivindicación en el fondo no sea más que la evasión de un trabajo interior. Es más fácil pedirle a papá, al Estado o a quien sea, que mojarnos los pantalones e intentar buscar nuestras propias soluciones. Nos falta madurar.
PD: Otro post interesante sobre el mismo tema, y más interesante aún los comentarios que se generaron debajo, donde intervienen las propias creadoras del "club". (Por cierto, es el título de un libro de Lucía Etxebarría, que nunca he leído): Malas Madres, por Sergio del Molino


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