Relaciones virtuales

Por Rusta @RustaDevoradora

Permitidme que empiece este comentario con una pequeña reflexión. Además de lectores voraces, creo que los que frecuentamos este tipo de páginas podemos considerarnos adictos a la red, a este espacio que ha cambiado nuestra vida y nos permite compartir aficiones con personas de la otra punta del país. Ahora bien, ¿realmente nos conocemos de verdad?.  Está claro que con el tiempo hemos averiguado nuestros gustos literarios (lo que nos une, al fin y al cabo). Nuestra forma de escribir, el apodo y las imágenes que acompañan el perfil también sugieren algo sobre nuestra forma de ser, pero esto no siempre se acerca a la realidad que hay fuera de la pantalla. Algunos nos expresamos mejor por escrito que en persona, otros parecen bordes y luego son un encanto, el (relativo) anonimato de Internet invita a ser más sinceros de lo que somos cara a cara, etc.

Yo pienso y lo digo después de haber conocido a bastante gente a través de este medio, que del ordenador al mundo exterior hay un abismo, para bien y para mal. Aquí no conocemos a las personas, sino a las imágenes que proyectan a través de sus palabras. Me pongo como ejemplo a mí misma: me han tomado por una mujer casada y con hijos, he recibido 'humillaciones' virtuales por decir que me gusta un determinado programa de televisión (la valentía del anonimato), me han tachado de borde y prepotente,etc.
Todo esto no quita que en ciertos momentos los conocidos de la red nos apoyen como lo haría un buen colega, aunque la relación siempre va a carecer del lenguaje no verbal de las miradas, la entonación y los gestos. Aun así, dentro de lo que cabe resulta mucho más fácil hacer nuevas amistades que encontrar pareja, por mucho que haya tantas webs que se dedican a ello con empeño. A un hipotético enamorado siempre lo idealizas más que a un amigo, de modo que al dar el paso de quedar en persona es más fácil adaptarse a su personalidad tanto si esta se corresponde o no con lo que esperábamos. Pero cuando hay sentimientos de por medio, ¡ay!, o te sale muy bien, o te llevas el chasco de tu vida.

Daniel Glattauer

Daniel Glattauer (Viena, 1960) es un periodista y escritor austríaco. Trabaja para el diario Der Standard desde el año 1989, donde se encarga de redactar reportajes judiciales, columnas de opinión y suplementos literarios. Dentro de su faceta de escritor destaca 'Contra el viento del norte' (2006), que se ha traducido a treinta y dos lenguas, ha vendido más de dos millones de ejemplares en todo el mundo y quedó finalista del prestigioso premio German Book Price. Su continuación, 'Cada siete olas' (2009), también tuvo muy buena acogida. Recientemente se ha traducido al castellano una de sus novelas anteriores, que lleva por título 'La huella de un beso'.

'Contra el viento del norte'

Editorial: Alfaguara
Páginas: 239
ISBN: 9788420406107
Precio: 17,50 €

Internet, ¿Ese gran medio para conocer gente?

Un correo electrónico enviado a un destinatario erróneo pone en contacto a Emmi y Leo. No se conocen, no existe un interés previo en esa correspondencia virtual; solo saben que viven en la misma ciudad. Ella está casada y trabaja como diseñadora de páginas web, mientras que él es profesor de universidad y acaba de terminar una relación tormentosa. Gracias al sentido del humor de ambos, empiezan a intercambiar mensajes en los que juegan a adivinar cosas del otro: su edad, su aspecto físico, etc. Poco a poco, lo que parecía un pasatiempo inofensivo se convierte en un vínculo intenso sin el que no pueden vivir. A todo esto, siempre hay un tema presente: ¿se conocerán en persona algún día?. La curiosidad por verse, el temor a lo que pueda ocurrir cuando se vean pero, sobre todo, el miedo a llevarse una decepción por no ser lo que cada uno esperaba les hace retrasar ese momento una y otra vez, con lo que esta peculiar relación llega a volverse enfermiza. ¿Se puede amar a alguien a quien solo conoces por unos mensajes de correo?
El título hace una metáfora con el viento del norte que impide a Emmi conciliar el sueño. Charlar con Leo durante la noche le ayuda, aunque a la vez le crea más angustia por el cariz que van tomando los acontecimientos. Me parece un título original, pero personalmente habría preferido que hiciera algún guiño a las relaciones virtuales, que al leerlo quedará claro que la historia va de esto.

Estilo

'Contra el viento del norte' se caracteriza por contener solamente mensajes de correo electrónico (algo así como una versión moderna del género epistolar). Correos impecables, sin abreviaturas ni emoticonos (ellos justifican su ausencia por la edad; yo me decanto más por una decisión del autor para demostrar que en la red también se puede escribir con buen gusto). Además de original por lo poco común de este tipo de redacción en la literatura, tiene la ventaja de ser fresco y rápido de leer. Me atrevería a añadir el calificativo de ligero, pero cuidado, ahora sólo hablo del texto, no del contenido. La prosa está muy cuidada, cada personaje se expresa a su manera y quiero hacer una mención a detalles como el tiempo que tardan en responder, el campo asunto, etc. A pesar de su sencillez aparente, todo se encuentra pensado al milímetro.

Cambiando de tercio, la estructura también está muy elaborada: pese a abarcar solo e-mails, en todos los capítulos se produce un nuevo giro, un paso adelante en la relación de Emmi y Leo. Ocurre algo (virtual o real) que desespera a los protagonistas y a ti te hace tener más ganas de leer. Por todo esto, Daniel Glattauer me parece un gran escritor, no solo tiene ideas interesantes y novedosas, sino que sabe encontrar la manera adecuada de plasmarlas sobre el papel para sacarles todo el partido posible.

Impresiones

En primer lugar, 'Contra el viento del norte' cuenta con la ventaja de ser una historia especial y poco vista (aunque en los tiempos que corren no tendría que serlo). Poco a poco aparecen más libros que hablan de la importancia de Internet y las redes sociales ('Pomelo y limón', de Begoña Oro, Lovebook, de Simona Sparaco, etc.), pero hasta el momento no había leído nada como la historia de Daniel Glattauer. La única crítica negativa que puedo hacerle se debe a la casualidad con la que empieza la relación (tal vez es poco creíble que a raíz de un e-mail erróneo dos personas empiecen a intercambiar tantos mensajes, sobre todo con los medios que tenemos hoy); en lo demás, me parece tremendamente real.

Las vivencias de Emmi y Leo no distan tanto de las que podemos vivir cualquiera de nosotros en una página de contactos o un foro. Una persona te hace gracia a través de los mensajes, empiezas a chatear o a intercambiar mensajes con ella y voilà, surge un interés. La caracterización de los protagonistas ayuda a sentir atracción por la trama, ambos caen bien enseguida y, pese a carecer de datos concretos hasta que la historia avanza, diría que están bien definidos (al menos dentro de este mundo virtual). Ella se muestra espontánea y con la lengua afilada (a veces demasiado), un carácter que esconde una necesidad de aventura causada por la monotonía de un matrimonio y unas cargas antes de tiempo. Leo, por su parte, es correcto en extremo, culto hasta resultar repelente. Los dos reflejan a la perfección el tipo de gente que podemos encontrar aquí, pues siempre hay personas que aprovechan este medio para ser más directas y otras para expresarse mejor que cuando hablan. Además, me gusta que ninguno sea el hombre o la mujer ideal, esto los hace más cercanos.

Cuando he dicho que el libro está formado por correos electrónicos lo digo en su pleno significado: no hay narración en tercera persona sobre el día a día de Emmi y Leo, todo se deduce a partir de lo que escriben en sus e-mails. Me parece un acierto por parte del autor, ya que de esta manera el lector sabe lo mismo de los personajes que lo que pueden averiguar ellos mismos. Alejarse de la narración convencional suele ser una apuesta arriesgada, pero Glattauer se lo ha currado y aprueba con nota.

Por otro lado, la relación amorosa se desarrolla de forma coherente y realista. No hay 'chispazo' de inmediato, sino que se conocen poco a poco y con el tiempo se plantean las inconveniencias de este contacto. Sus comentarios están cargados de ironía, un aspecto que me encanta, aunque con el paso de las páginas los sentimientos también impregnan sus palabras. Quizá de entrada el argumento parece previsible y sencillo, pero lo cierto es que tiene muchos giros interesantes y el autor sabe mantener la intriga (me vi pensando en la historia cuando no la estaba leyendo).
Todavía quiero añadir algo más, una impresión que para muchos será más positiva que todo lo anterior: el libro me ha hecho sentir cosas mientras lo leía, desde emoción a risas, pasando por momentos de angustia y tristeza. He vivido su historia, al terminarlo me dolía el estómago de la tensión que me había provocado. En cierto modo, 'Contra el viento del norte' es un carrusel de emociones, ya que hay una mezcla de sentido del humor (mucho, mucho sentido del humor) y momentos serios, sobre todo a medida que se acerca el final.

Hablando del desenlace, mi opinión (o mejor dicho, mi no-opinión) está muy condicionada por el conocimiento de la existencia de una segunda parte (Cada siete olas). Esto me impidió tomarme el último capítulo como algo definitivo, puesto que en todo momento fui consciente de que la historia no iba a acabar así. Por lo tanto, no puedo deciros si en otras circunstancias me habría encantado, me habría cabreado o me habría hecho llorar como una magdalena. Eso sí, no me cabe ninguna duda de que es un buen final.

Conlusión

'Contra el viento del norte' me parece una propuesta de lo más atractiva y original en medio de la avalancha de novedades que vemos en las librerías. Un tema actual, una prosa adictiva y unos personajes cercanos, ¡lo tiene todo para conquistar a muchos tipos de lectores! Considero que Daniel Glattauer ha hecho un gran trabajo de análisis para recrear con fidelidad el avance de una relación virtual entre dos personas que no se han visto nunca. Ni idealiza ni cae en tópicos, aunque eso le haga ser demasiado crudo para algunos. Por mi parte, lo recomiendo encarecidamente.
PD: Me gustaría pediros que, además de expresar vuestra opinión sobre el libro, comentarais qué opináis sobre el tema de Internet y las relaciones. Podemos tener una charla interesante.