Relato Corto La botella mágica

Por Igork

Un relato o cuento corto basado en estos días grises. Un sorbo de la botella mágica fue suficiente. Una gota que colma el vaso. En esta botella no hay diablos, como en las de Stevenson. 

 La Botella Mágica
Hacía horas que no se movía, clavado en la única silla del comedor, desde que Silvia había dado el portazo. El último portazo. Con la llegada de la noche consiguió moverse y arrastrarse por el piso, casi vacío, hasta la cocina para beber un poco de agua. Mañana sería el día. Llegarían los del juzgado y lo echarían a la puta calle. Recordó la botella que le regalaron. La encontró debajo de la pica, ilustre entre los productos de limpieza. Un sorbo fue suficiente. El sabor a barrica vieja del ron que hacía siglos que no probaba lo catapultó, en la oscuridad, hacia aquel lejano pico, pelado como la cabeza de un buitre, que los tres amigos habían coronado hacía más de veinte años. De improviso, alguien había sacado una petaca. Brindaron acompañados por la ventisca. «¡Por no rendirse jamás!», habían gritado. ¿Qué sería de Juan y Eduardo? ¿Cuánto tiempo hacía que no los veía? Otro sorbo. Levantó la cabeza. Bien podría abrir aquella imprenta que hacía tanto que soñaba. Y también podría currar el fin de semana para ganar algo más de la pasta que tanto necesitaba, volver al barrio, que hacía miles de años que no pisaba, arreglar el piso de su hermana, si le dejaba vivir con ella, hasta llamar a Juan y Eduardo para tomar unas cañas, y… Sintió el deseo de bajar a la calle para cruzar la ciudad entera, ¡saltar por encima de la noche! ¡Golpear el mundo, zarandearlo! De pronto, se dio cuenta de que le faltaban horas.

Relato Corto La botella mágica