Querido viajero,
El relato corto que te presento, lo escribí hace un par de años para presentarlo a concurso. No es mi estilo, pero lo he rescatado del "baúl de los recuerdos" y he pensado que quizá te guste leerlo. Aquí lo dejo:
La voz interior
Subí las escaleras como alma que lleva el diablo, pero ya habían cerrado la puerta. ¡Maldición! ¡Atrapada en la Biblioteca! No podía ser cierto, ¿y ahora qué?
Nerviosa busqué en mi bolso, quizá el móvil estuviese en el fondo… ¡Oh sí, allí estaba! Lo desbloqueé y marqué el número de mis padres pero, al descolgar, la llamada se cortó. ¡Sin batería! “Nada puedes hacer, estás atrapada”. Angustiada, aporreé la puerta mientras gritaba tanto como podía:
− ¡HOLA! ¿Alguien puede oírme? −Ninguna respuesta.
“¿Lo ves? Nadie te escucha…”. Bajé hasta el último piso del edificio y me acerqué a la estantería de libros de fantasía. Cogí El Hobbit y, sentándome en el suelo, comencé a leer. “No te servirá de nada…”.
La lluvia no cesaba. Los truenos, que ya de por sí me aterraban, eran ensordecedores. “…La noche será muy larga…”. Un escalofrío recorrió mi espalda. Me levanté a toda prisa y, al hacerlo, el libro cayó al suelo. Sobrecogida, recorrí la estancia con la mirada varias veces hasta que algo captó mi atención… algo rojo, brillante, ubicado bajo una de las mesas… ¿pequeñas luces de navidad…? “Acércate más…”. Di varios pasos. Las luces parecieron parpadear. Ya está, casi podía tocarlas… un poco más... extiende el brazo… ¿Qué? ¿¡Qué es esto?!
Quise retroceder pero me tropecé y caí. Quedé petrificada... ¡Eran ojos! ¡Ojos rojos! Un ser camuflado en la oscuridad me vigilaba. Sonrió diabólicamente y… desapareció. Se fue dejando el terror en mí para siempre…: «Sólo salí para darte “las buenas noches”...regreso de nuevo a tu mente… ¿O acaso creías que eran tuyas las voces que oyes mientras piensas…?»