DE DOS EN DOSVamos corre, corre, mueve tu gordo culo gemía Peggy1 en voz baja, mientras el resto de la tripulación suspiraba por no ser ellos los que se hubieran quedado a la intemperie, solos, ateridos. El barullo que ocasionó esa maldita mudanza, les obligó a acarrear incansablemente del compañero asignado de un lado para otro. De dos en dos, esa era la consigna; pero uno había fallado, dejando a su pareja en tierra. De dos en dos susurraban todos. Mientras la mayoría abría la puerta, otro empujaba a Peggy1 hacia el asfalto.
DE DOS EN DOSVamos corre, corre, mueve tu gordo culo gemía Peggy1 en voz baja, mientras el resto de la tripulación suspiraba por no ser ellos los que se hubieran quedado a la intemperie, solos, ateridos. El barullo que ocasionó esa maldita mudanza, les obligó a acarrear incansablemente del compañero asignado de un lado para otro. De dos en dos, esa era la consigna; pero uno había fallado, dejando a su pareja en tierra. De dos en dos susurraban todos. Mientras la mayoría abría la puerta, otro empujaba a Peggy1 hacia el asfalto.