¡Ya hemos elegido los 5 relatos finalistas! Este relato se titula Invierno en junio y ha sido escrito por Carlos Morales, de TremendoViaje.com.
Sonaba el despertador de mi teléfono para anunciarme que hora de levantarme después de una noche de fiesta un tanto alocada en Queenstown con demasiados chupitos baratos. Tras una ducha rápida hago el check out del hostel y me subo al coche sin saber a donde ir.
Me quedaban setenta y dos horas antes de volar para Australia y quería hacer algo especial para cerrar dos semanas maravillosas, aunque pasadas por agua, en Nueva Zelanda. Miro el mapa y después miro el cielo y sin pensarlo mucho arranco el coche con destino a Mount Cook.
La niebla me sorprende unos pocos kilómetros después de salir pero después de cien kilómetros los Alpes neocelandeses me sorprenden.
Yo soy canario y la nieve la suelo ver en la televisión así que para mi esas blancas montañas me hicieron sentir como un castellano viejo que ve por primera vez el mar. A pesar de ir solo en el coche empecé a exclamar “chacho, chacho, chacho” como si fuera un niño chico.
A unos kilómetros de llegar al desvío a las montañas la niebla vuelve a envolverme y por un momento me quita la sonrisa al volante. Paro en el centro de información y le pregunto a la señora que regentaba el chiringuito sobre las condiciones climáticas del lugar y me responde “The weather is lovely in the mountains” así que me santigüé para que eso fuera cierto y tomé la carretera que me llevaría al destino final.
La niebla se iba diluyendo tras dejar atrás el lago Pukaki y ante mi aparecían las llanuras de Gondor; miraba por la ventana y me imaginaba a orcos y caballeros de Rohan luchando codo con codo sin perder un ojo a la carretera.
Hago el check in en el hostel y me dirijo rumbo al glaciar de Hookers, empiezo un trekking que llevaba al blue lake pero el lago no resultó azul sino congelado, ya era demasiado tarde para dar marcha atrás y empezar la otra caminata así que me quedé mirando las montañas intento parar de pensar y centrarme en el momento.
Tanto me distraje disfrutando del momento que comenzó a caer el sol demasiado rápido y con el venía el frío y unos copos de nieve. Apurado salí del lugar para refugiarme en el hostel y disfrutar de algo de comida caliente. Mientras como me pongo a ver como caían los copos de nieve junto a la chimenea sin imaginarme lo que me esperaba al día siguiente.
Una alfombra de nieve había llenado todo el valle y yo me sentía como un niño en navidad en una película americana, ya había visto nevar alguna vez pero nunca como ese y mucho menos en el mes de junio. A pesar de no tener cadenas salí a la carretera rumbo a Chirstchurch pero esa es otra curiosa historia de mi vuelta al mundo.
Muchas gracias Carlos por tu relato y por estas fotografías tan bonitas. ¡Y enhorabuena por pasar a la última fase!