©Teresa Cameselle
Se para en medio de la tarea, tediosa de tan conocida, y la asalta un recuerdo que le hace sonreír. Amor recién estrenado, besos y caricias, pequeños descubrimientos, confesiones, ternuras. Esto es la felicidad, reflexiona. Pesar en la balanza los malos y buenos momentos, y ver como se inclina por los segundos. Felicidad, divino tesoro. Parpadea y recuerda el trabajo pendiente. La sonrisa no se borra de su boca.**********Hoy me sumo al Jueves LiterarioTienes todo el listado de participantes en:¡Simona, la luna y yo!