05 de abril, 2014 / Vuelo Malta-Madrid / 7.10 am
El asunto está en no mirar por la ventana mientras el avión despega. Lo he comprobado en este vuelo y lo seguiré haciendo en todos los demás que tomaré en los próximos dos meses. No mirar, como quien ignora que está dejando un país. Hacerse el loco y dormir. Así, finalmente, podremos sentir que realmente nos quedamos en esa ciudad y que otra parte de nosotros sigue viajando. Por eso extrañamos y nos gana la melancolía, porque en realidad estamos en muchos sitios al mismo tiempo. Un pedacito de nosotros se va quedando en cada lugar que conocemos. Los viajeros somos rompecabezas incompletos.
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