Al frente vio un armario, la puerta estaba abierta. Había una barra de metal. Camino hacia ella y la tomo con las dos manos, amenazadoramente.
El visitante le miraba, el intruso se le acerco. El visitante pensaba en algo no andaba bien, el intruso blandía la barra sobre su cabeza haciendo círculos.
La barra describió un arco en el aire y fue a parar en la sien del visitante como un latigazo. Le desgarro la piel y le partió la nariz.
El visitante bajo la cabeza y se protegió con los brazos la cara, cayo de rodillas. Un segundo golpe fue a parar sobre la base del cráneo. La barra quedo clavada entre su cuello y el hombro dejando ver una profunda herida.
El visitante comenzó a quejarse, sus gemidos expresaban tanto dolor que el intruso permaneció desconcertado por unos segundos. El visitante se levanto de un salto y le embistió con la cabeza en la entrepierna.
El intruso cayo al suelo profiriendo un alarido. La barra aterrizo a su lado. El visitante aturdido, paso tambaleante a su lado en un intento por huir.
El intruso se incorporo, tomo la barra y lo enfrento. Se la clavo a la altura de la cadera. El visitante empezó a jadear, su respiración se volvió entrecortada como si acabara de sufrir un infarto.
El intruso se inclino sobre él y le susurraba incoherencias mientras le retorcía la barra en la herida...