Finalmente se estrena la esperadísima Relatos salvajes, tras esa postergación de una semana que no hizo más que alimentar la ansiedad y las expectativas en el público. Gran aparato promocional de un film que, de antemano, parecía que encastraba todas las piezas en su lugar, al reunir un reparto de ensueño, un tráiler potente y una serie de historias sugerentes. Todo bajo la manga de Damián Szifrón, una de esas mentes brillantes a la hora del desarrollo y de la creatividad. Un director minucioso y con un amplio abanico de conocimientos, algo que se percibe cada vez que nos topamos con una producción suya. El creador de la inolvidable serie Los Simuladores construye una película feroz, osada, violenta y desfachatada. Una propuesta brava que además sale airosa por su admirable riqueza técnica. En Relatos salvajes algo está por explotar. Todo el tiempo. Es una bomba a punto de ser detonada, con las consecuencias extremas que ello puede llegar a ocasionar. Seis episodios distintos que encuentran en común la locura, el desparpajo y el desorden de sus personajes ante situaciones que los desbordan. Ya no sirve tomar aire y contar hasta diez, los problemas y conflictos en los que se ven envueltas las figuras que componen cada mini historia superan su tolerancia, abriendo paso a que esparzan y desparramen de su interior los comportamientos y las acciones más bestiales.
LO MEJOR:la sátira, las situaciones extremas de cada historia. Las actuaciones. Muy bien realizada. Bestial, salvaje, osada, entretenida. De tan tensa se vuelve impredecible.LO PEOR:el último episodio. Si bien es bueno no se equipara con los anteriores.
PUNTAJE:9