Relaxing Time

Por Papacangrejo @Papicangrejo

Barbería Jesús (Castellón)


Nunca he sido mucho de ir a peluquerías, de hecho de pequeño me cortaba el pelo mi madre, y sólo cuando me transforme en adolescente empecé a ir. Corte con estilo, mechas, etc. aunque cuando me dejé el pelo largo, dejé de ir a la peluquería. Después he estado años y años con el pelo rapado. Era lo más cómodo para mí, cada pelo en su sitio, no tenía que secarlo, etc.

Pero hace un año o así, un chico del barrio abrió una barbería justo delante de casa, sólo tengo que cruzar la calle, y decidí ir. Me hizo un corte de esos clásicos que están de moda, y me gusto, y desde entonces cada mes o mes y medio paso por allí. Hemos ido cambiando el estilo, con pequeños cambios, pero creo que el que llevo ahora es el que más me gusta.



Sea como sea, lo que tengo claro es que he descubierto el placer de ir al barbero. Cada vez que voy se pasa conmigo cerca de una hora, entre el corte, la barba, etc. Una hora de relax, 60 minutos de tranquilidad, en los que primero la maquina para raparme al cero los laterales de la cabeza, el corte y de la parte superior, el arreglo de la barba y afeitado y por último, lavado de cabeza y masajito en la cabeza con una pieza que tiene el barbero, me dejan nuevo.

Cuando salgo de allí, me voy renovado, con ganas y fuerzas para afrontar lo que sea que venga.

Soy un cangrejo nuevo.