Relectura Psi/Cambiantes: La Luna del Leopardo

Publicado el 24 febrero 2016 por Estefany Vasquez @effyvas

Seguimos con la Relectura, antes de hablar sobre el libro de la semana pasada diganme como les fue con Zach y Annie, verdad que fue una historia bella y para calmarnos antes de que todo se ponga mas intenso en la historia. La semana pasada tocaba La Luna del Leopardo, historia protagonizada por el centinela de los DarkRiver Clay Bennet y la humana Talin McKade. 

Este libro posee unos puntos importantes dentro de la historia, conocemos mas sobre los olvidados un grupo que nace cuando se impone el protocolo del silencio y se sorprenderán como fue creado. También conocemos a dos personajes que protagonizan sus propios libros Devraj Santos y Max Shannon, el primero el líder de Shine organización en la que trabaja Talin, por su parte Max es policía y humano, trata de hacer su trabajo de manera correcta a pesar de todas las fallas y Max posee un escudo mas de cambiantes que de humano. 

Clay Bennett es un poderoso centinela del clan de los DarkRiver, pero creció en los suburbios con su madre humana, sin saber en ningún momento que su padre era un cambiante. Siendo un muchacho sin lazos con el clan, trató de reprimir su naturaleza animal. Pero fracasó… y cometió el acto de violencia más terrible que se puede cometer: mató a un hombre y por ello perdió a su mejor amiga, Talin. Todo lo bueno que había en él murió el día en que le comunicaron que ella también estaba muerta. Talin McKade sobrevivió a duras penas a una infancia empapada en sangre y terror. Ahora una nueva pesadilla está poniendo en peligro su vida: los niños de la calle que trabaja para proteger están desapareciendo y siendo hallados muertos. Decidida a mantenerlos a salvo, libera el secreto más oscuro de su corazón y regresa para pedir la ayuda del hombre más fuerte que conoce… Clay perdió a Talin una vez. No dejará que se marche de nuevo, su ansia de poseerla es una acuciante necesidad fruto del leopardo que habita en su interior. Mientras actúan contrarreloj para salvar a los inocentes, Clay y Talin debe hacer frente alas violentas verdades de su pasado… o perder todo aquello que alguna vez ha importado.

Citas Favoritas
Pensó que sería muy fácil alzarla por la cintura para poder besarla sin acabar con tortícolis. «Y planeaba besar a aquella mujer que olía como Talin». Su bestia interior continuaba gruñendo que ella era suya, y en aquel instante no se sentía lo bastante civilizado como para discutírselo.
—Soy un asesino —dijo reacio a dejar que Talin se escondiera de aquello—. Soy un cambiante leopardo y, en mi mundo, matar para proteger a tu clan es algo que se comprende y se acepta.
—Rina es una bocazas. Nate sonrió de oreja a oreja. —Es la ley del clan. Entrometerse en los asuntos personales de otros miembros es un requisito indispensable. Y bien, ¿vas a contármelo?
Se abrió paso a través de la confusión para iluminar la cruda verdad: Clay ya no era suyo, hacía dos décadas que no lo era. Esa afirmación era un sonsonete discordante dentro de su cabeza, doloroso y áspero como papel de lija.
—Te quiero —repitió con su voz fuerte y dulce—. Eres uno de los míos. Lucharé por ti. Pero tú también tienes que luchar.
—El clan es uno. El clan es familia. Interferir es algo inherente. Ve acostumbrándote.
—Algunas heridas deben ser sanadas, por mucho tiempo que haya pasado o por poco tiempo que quede.
Talin sintió náuseas, pero estaba muy cansada de correr, de decepcionar a Clay. Tal vez fuera débil, humana, y estuviera quebrada, pero no era una cobarde. Ya no.
Poseen coraje y corazón, y son míos. No puedo dejar que muera ni uno solo más, Clay. No puedo. —Ya te lo he dicho: yo encontraré a ese chico… a Jon… por ti.
—Soy un leopardo —declaró—. Nuestras mujeres lo son todo para nosotros. Preferiría morir que hacerte daño. No vuelvas a intentar protegerme.
El miedo le anegó la garganta, pero irguió los hombros, enderezó la espalda y mantuvo la cabeza alta. Podían hacerle daño, pero no dejaría que le quebraran.
Y a pesar de que prefería mantener las distancias con ella y su demasiado perceptivo don, Clay sabía que la psi era algo bueno, algo digno de estar en el mundo.
—Eres mía. Por lo tanto, eres perfecta.
Habría sido muy fácil sentirse abrumada por el tamaño y la presencia de dos hombres tan altos, tan innegablemente peligrosos, pero Talin se sentía por completo a salvo. "Porque estos hombres se preocupan por sus mujeres".
Clay no era centinela porque acatara sin rechistar todo lo que su alfa le decía. Era centinela porque podría contraatacar y hacer sangre. Y por Tally estaba dispuesto a hacer cosas mucho peores.
No había huido porque tuviera miedo de Clay. Habia huido porque tuvo miedo de que la amaran tanto, porque le dio pavor perder aquel valioso regalo cuando Clay viera la realidad de quien era ella: un despojo acabado y desechado, aquello en que Orrin la había convertido, que solo valía para una cosa. Así que le había abandonado primero. 
Los humanos que se han emparejado con miembros de DarkRiver nos han hecho mas fuertes, nos han proporcionado lazos fuera del clan. No eres "solo" humana Talin. Eres hermosa y poderosamente humana. 
"Los humanos tienen algo muy curioso llamado honor. Jonquil parece creer en el tuyo, y es un chico inteligente. Tomo tu honor como garantía"
—Soy humana y me alegro de ello. —Deberías —repuso Sascha. Sus ojos comenzaban a llenarse de estrellas otra vez—. Sin los humanos, lo psi y los cambiantes se habrían destruido unos a otros hace millones de años, con el Silencio o sin él.
—¿De que estas hablando, Tally? Tú ya tienes poderes especiales. —¿De veras? —Si, tienes el poder de ponerme de rodillas. Aquello hizo que se sonrojara. Luego hizo que le besara.
Besos,