El diente de león puede representar una alternativa natural muy útil y segura para tratar problemas renales, ante los antibióticos convencionales. Indicado en el tratamiento de cálculos de riñón por su efectos antibióticos del Diente de león para el sistema urinario
Los nativos americanos utilizaban el diente de león para tratar particularmente las enfermedades renales y problemas digestivos, de acuerdo con la Universidad de Maryland, eligiendo las raíces para este tipo de tratamientos ya que éstas producen efectos antivirales que al combinarse con otras hierbas potenciaban además las propiedades antibacterianas, las cuales lograban controlar las infecciones urinarias, muy comunes en la población femenina.
Un estudio publicado en el “Journal of Ethnopharmacology” demostró como el diente de león podía reducir las infecciones a nivel del tracto urinario, al estimular la producción de orina, evitando así la adhesión de las bacterias en las células que recubren la pared de la vejiga.
Esta capacidad de la planta medicinal para evitar las infecciones de vejiga, a su vez evita las que se producen a nivel renal, ya que son las bacterias que ascienden por la vejiga las que atacan a los riñones.
El diente de león tambien es un tónico amargo que estimula la secreción de los órganos de la digestión. Debido a las enzimas vegetales que contiene ejerce una acción diurética y depurativa, como estímulo inespecífico de la función celular y del metabolismo.
No se aconseja el consumo de diente de león en los siguientes casos:
- Piedras en la vesícula (cálculos en la vesícula biliar): es una planta con efecto colagogo; es decir que, estimula la vesícula aumentando la producción de bilis de manera natural.
- Piedras en el riñón (cálculos renales): por su contenido en oxalatos.
- Acidez estomacal: al aumentar los jugos gástricos.
- Úlcera de estómago.
- Embarazo.
- Consumo de medicamentos: especialmente medicamentos de litio y potasio.
Si quieres aprovechar todas sus propiedades puedes usar la planta de diete de León bien sea en infusiones, ensaladas o como condimento de sopas.
También puedes optar por este remedio casero Jarabe de diente de León:
Hervir (4) cuatro puñados de flores de diente de León a fuego lento en (1) un litro de agua.
Una vez que hierva retirarle del fuego. Dejar reposar hasta el día siguiente.
Al día siguiente colarlo bien y con las manos exprimir las flores.
Al liquido añadir 1 kilo de azúcar de caña y medio limón
cortado en rodajas.
Remover muy bien y calentar nuevamente en una olla a fuego lento, sin tapar, de manera evapore el liquido sin llegar a hervir.
Dejar enfriar. Envasar en vidrio y refrigerar.
El jarabe no debe estar demasiado espeso ya que al guardarlo se cristaliza con el tiempo, ni demasiado claro porque se estropea pronto,
tiene que quedar como una miel.
Se puede utilizar como sirope para endulzar cualquier postre o dulce y a la vez aprovechar sus múltiples propiedades.
“Una manera sabrosa y saludable de prevenir enfermedades”