Remirando el bosque

Publicado el 23 febrero 2011 por Miguelmerino


Miki caminaba calmosamente por el bosque, mirando a un lado y a otro. En su mirada se podía ver una mezcla de nostalgia, asombro y, tal vez, pesadumbre.

- Hola Miki. – Saludó jovialmente el Cuervo.

- Hola Cuervo. – Respondió mecánicamente Miki.

- No digo que tengas necesariamente que alegrarte de verme, pero después de tanto tiempo esperaba un saludo algo más entusiasta. – Se amoscó el Cuervo.

- Perdona Cuervo, sabes que casi siempre me alegro de verte, es que tengo la cabeza en otras cosas.

- ¿Y puede saberse cuales son esas cosas?

- Nada en concreto, estaba haciendo un recorrido visual por el bosque.

- Si te lo sabes de memoria.

- No te creas. Aunque no lo parezca, cambia continuamente. Es cierto que casi nunca son cambios bruscos. Suelen ser cambios sutiles que casi no se aprecian, pero que haberlos, haylos.  Mira allí enfrente hacia el centro, ¿ves esa mala hierba que ha crecido? se ha comido las flores silvestres rojas que hasta hace poco poblaban la zona.

- Bueno, es natural. Sin embargo si te fijas hacia el norte, junto a las orquídeas, ¿ves las flores de toxo? Esas no habían aparecido nunca por este bosque. La naturaleza es un ser vivo y como tal, va cambiando y no necesariamente para peor. Empeoran unas cosas, mejoran otras y muchas permanecen inalterables.

- Amigo Cuervo, creo que he creado un monstruo. Gracias por convertirte en el sensato de esta pareja. A ver si pronto tenemos ocasión de que vuelvas por tus fueros.

- En cuanto lo necesites Miki.

Y ambos se alejaron en diferentes direcciones, pero sin dejar de mirar y remirar, el bosque.