En 1.737, tras la muerte de los esposos, sus bienes donados fueron vendidos y el dinero dedicado al fin previsto. Para reducir costes, se contrataron los materiales por separado y del proyecto se encargó un fraile de la orden; se cree que fue fray Sebastian Martinez de Pastrana. La construcción, incluida una escalera a la sacristía, se contrató por 14.500 reales con Roque Pascual y Custodio Benito.
La iglesia era de una sola nave, con tres ventanas en el lateral, sillares en las esquinas y sillarejo en el resto, coronado por una pequeña cornisa. Sus medidas eran 15,8 x 12,8 x 6,12 mts de altura; un contrafuerte en cada lateral sugiere que estaba coronada por una cúpula y cubierta por una bóveda de cañón. Se cree que la portada era rectangular, de sillares, sobre la que se levantaba una breve espadaña.
Así lo explica Aurelio García López en su libro Tamajón en la Edad Moderna (siglos XVI a XIX)
Lar-ami
Archivado en: Paisajes y lugares, Rincones de la Ribera Tagged: actualidad, cultura, Guadalajara, Historia, siglo XVII, Tamajon