Ni bien lo sacó se movió algunos centímetros lejos del agua y dejó caer el alevín, mientras lo observaba por unos momentos, mientras lo trataba de ingerir, aunque al principio no podía.
Pasaban los segundos y luego de varios intentos lo colocó de forma paralela a su boca y así lo pudo ingerir rápidamente. Luego quedó durante varios segundos pero finalmente se fue más lejos al intentar acercarme un poco más. De todas forma como fui temprano pude esquivar la muchedumbre que se puede juntar cerca del mediodía o a la tarde, las pocas personas fueron respetuosas y evitaron no acerarse mucho mientras tomaba fotos, nunca falta el curioso que al ver esa situación se aproxime con la intención de ver mejor lo que uno observa sin cuidado de espantar a los seres que son objeto de mi atención.
Jorgelina mientras tomaba las fotos desde otro ángulo hacía un video corto sobre como la remolinera luchaba con ese alevín para ponerlo en una posición favorable antes de tragarlo entero.