Parecen dos pepinos adosados a un tubo… Es una visión simplista (aunque se me ocurren muchas más comparaciones) pero precisamente su tamaño fue uno de los requerimientos de la NASA. Querían que fuese ligera y pequeña. Y esa morfología parece la más adecuada para cumplir con su misión: trabajar como estación medioambiental en el rover Curiosity, el vehículo que la misión Mars Science Laboratory enviará a finales de esta semana (si nada lo retrasa) hacia el planeta Marte. Este aparato genuinamente español (cuya construcción ha liderado el Centro de Astrobiología, en Madrid) medirá la temperatura del aire, la temperatura del suelo (captando la radiación infrarroja que emite), la humedad, la presión, el viento y la radiación ultravioleta que atraviesa la tenue atmósfera del Planeta Rojo. Y si dentro de ocho meses y medio el aterrizaje funciona y todo va bien, REMS (siglas de Rover Environmental Monitoring Station, estación de seguimiento medioambiental del rover) empezará a mandarnos datos sobre el clima de Marte. ¿Finalidad? Conocer más, saber si hubo o puede haber vida, estudiar sus características… y quién sabe, tal vez enviar una misión tripulada y pisar la superficie del Planeta Rojo. Les dejo un vídeo que lo cuenta de manera detallada. Disfrútenlo.
P.D.: El Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) ha preparado un dosier de prensa con información interesante sobre REMS.