Parecía que el proyecto había sucumbido. Sobre todo cuando, en enero de 2011, el Dominion Post informó de que uno de los escenarios se había derrumbado y había tenido que ser desmantelado por el ejército. Posteriormente, en diciembre pasado, los productores incumplieron la fecha límite para pagar la deuda contraída, originalmente estimada en 5.8 millones de dólares. Como resultado, los 275 acreedores del filme aceptaron un "finiquito" global estimado en 2 millones de dólares, a repartir entre ellos.
En este mes de octubre, sin embargo, los diarios de Nueva Zelanda han informado de que la película podría estar volviendo a la vida. El Dominion Post y el Oamaru Mail han dado a conocer que la productora, South Vineyard, está comprobando la solidez de los demás escenarios. En concreto, está supervisando dos sets en North Otago: un pueblo de pescadores con puerto en el Lago Benmore, y una población del interior en Elephant Rocks, cerca de Duntroon. Si las comprobaciones dan resultados aceptables, parece que podrían fijar un calendario próximo para la pre-producción y la producción del filme.
Esperemos que este proyecto, impulsado y protagonizado por Eduardo Verastegui (tenía asignado el papel de San Pedro), pueda mostrar –una vez más- la vigencia de la figura de Jesucristo en el cine actual.