Pasa la enfermera quien seguramente te encuentra absorta. Imagina tal vez tu tristeza por estar lejos de los tuyos, por estar sola a pesar de haber tenido ocho hijos, a pesar de tener diez nietos. Pero no imagina lo cerca que estás de todos cuando te lo propones.
Mamá, si te vas que sea así. Todos contigo, siéntelo por favor. Y no tengas miedo. Yo quiero estar a tu lado, quiero mirarte y contemplar la belleza que habrá en ti. Toda tu vida concentrada en un instante lleno de amor. Tan intenso que yo también forme parte de él. No pasa nada si te rindes, yo lo haría mamá.Miro el hospital La Paz desde mi ventana, y en cada atardecer imagino que tú también te apagas junto a la luz del Sol. El Sol y tú os despedís del mundo cogidos de la mano.
Imagino tu cabeza como un gran desplegable, como esos mapas de antes que abiertos eran gigantes y se podían recoger en a penas la palma de la mano. Ahí está toda tu vida, y te recreas en ella como siempre has hecho, con la capacidad de salirte del mundo para no sentirte sola. Como cuando papá tardaba en llegar, como cuando esperabas malas noticias...Y te reúnes con papá y con tu hija Carmen, con tu madre y tu padre. Con tu hermano. Todos juntos delante de ese gran mapa mirando hacia que parte de él dirigirse para recordar juntos, lo bueno y lo tan bueno.