Cuando ayer leí esta noticia pensé que estaba dormida y soñando. Luego que estaba en otro país. Y, por último, al darme cuenta de que es realidad…mi alegría fue inmensa. Yo soy una de esas personas que ha puesto quejas en Renfe por el ruido de los vagones del AVE. No me entraba en la cabeza que, cuando uno se sube a un tren español, tenga que soportar el bullicio de un botellón+una fiesta de fin de año juntos. Me costaba comprender por qué tengo yo que enterarme de la vida privada de mis vecinos de vagón o de sus transacciones profesionales. Estaba fuera de mi capacidad de comprensión que los padres dejaran llorar a los niños, corretear por los pasillos, etc., mientras ellos veían tranquilamente las películas. O por qué tenía yo que ir contabilizando cuántos puntos ganaba el vecino en el juego del móvil, escuchando los cotilleos de Tele Cinco sobre la Pantoja y similares, etc. Por no hablar de la primera época del Ave Valladolid-Madrid en que el propio tren te ponía música durante todo el trayecto.Sé que en España tener el 100 ó el 90% de la audición es un drama. Que en este país se potencia la sordera. Y que los turistas extranjeros, que adoran el sol, la comida o las playas… pero no el ruido made in Spainhan provocado que, en las ciudades más turísticas españolas existan ya hoteles solo para adultos, donde se prohíben niños y por extensión los ruidos. Pero esta noticia de que Renfe, debido a las quejas, va a poner en los Ave coches silenciosos me devuelve algo de esperanza. En España no soy la única que cree que la fiesta está bien pero el relax o la concentración también. Hay otros como yo, personas que tal vez tengan una audición normal o que no consideren el silencio un signo de aburrimiento.Se podrá volver a viajar en tren. Esa es mi conclusión. Porque yo dejé de hacerlo, salvo cuando era inevitable. Y fue por el ruido. Aleluya.
Cuando ayer leí esta noticia pensé que estaba dormida y soñando. Luego que estaba en otro país. Y, por último, al darme cuenta de que es realidad…mi alegría fue inmensa. Yo soy una de esas personas que ha puesto quejas en Renfe por el ruido de los vagones del AVE. No me entraba en la cabeza que, cuando uno se sube a un tren español, tenga que soportar el bullicio de un botellón+una fiesta de fin de año juntos. Me costaba comprender por qué tengo yo que enterarme de la vida privada de mis vecinos de vagón o de sus transacciones profesionales. Estaba fuera de mi capacidad de comprensión que los padres dejaran llorar a los niños, corretear por los pasillos, etc., mientras ellos veían tranquilamente las películas. O por qué tenía yo que ir contabilizando cuántos puntos ganaba el vecino en el juego del móvil, escuchando los cotilleos de Tele Cinco sobre la Pantoja y similares, etc. Por no hablar de la primera época del Ave Valladolid-Madrid en que el propio tren te ponía música durante todo el trayecto.Sé que en España tener el 100 ó el 90% de la audición es un drama. Que en este país se potencia la sordera. Y que los turistas extranjeros, que adoran el sol, la comida o las playas… pero no el ruido made in Spainhan provocado que, en las ciudades más turísticas españolas existan ya hoteles solo para adultos, donde se prohíben niños y por extensión los ruidos. Pero esta noticia de que Renfe, debido a las quejas, va a poner en los Ave coches silenciosos me devuelve algo de esperanza. En España no soy la única que cree que la fiesta está bien pero el relax o la concentración también. Hay otros como yo, personas que tal vez tengan una audición normal o que no consideren el silencio un signo de aburrimiento.Se podrá volver a viajar en tren. Esa es mi conclusión. Porque yo dejé de hacerlo, salvo cuando era inevitable. Y fue por el ruido. Aleluya.