Uno de los atractivos sitios que pude visitar fue el Gran Bazar, repleto de tenderetes en los que no paraban de regatear y ofertar sus distintos productos a unos precios bastante bajos (comparados a los de España, claro está).
Mientras paseaba por sus pasillos repletos de gente, empecé a plantearme la situación en la que se encuentra actualmente. Estambul, durante la época romana, hasta finales del siglo XV, se convirtió en una de las principales urbes europeas gracias (sobre todo) a su privilegiada situación geográfica. Desde su posición dominaba dos de las principales rutas comerciales: la que conectaba Asia con Europa, así como la ruta entre el Mediterráneo y el Mar Negro.
Esto le permitió durante muchos siglos, dominar gran parte del comercio de la época. En esos años, por las calles de Estambul, se podía comprar los productos más novedosos de los dos continentes. Por tanto, a parte del comercio para cubrir las necesidades básicas, se puede considerar que también tenía un gran mercado de "lujo".
A pesar de esta posición privilegiada que mantuvo en su historia, hoy en día el comercio que tiene está basado principalmente en el turismo, ofreciendo a bajo precio lo que los visitantes encontrarían en sus países a un precio mucho más alto. Por lo que, comparando este comercio con el de hace siglos, se podría decir que se ha deteriorado mucho, este mercado ha perdido valor. Ahora, Estambul se basa más en el turismo que en el comercio.
Esta "depreciación" de su comercio, se debe principalmente a que no consiguieron innovar en los productos que comercializaban. Por tanto, no consiguieron una renovación de su comercio. A esto, por supuesto hay que sumar muchas otras causas tanto políticas como culturales.
No obstante, todo esto nos puede servir para aprender y que no nos pase en nuestras empresas lo mismo. El que hoy te vaya bien y tus productos se venda perfectamente en el mercado, no significa que mañana (o dentro de unos años) se sigan vendiendo igual de bien. Si hoy tienes una posición privilegiada en tu mercado, mañana puedes no tenerla. Es posible incluso, que ya estés fuera del mercado. Por tanto, es necesario no dejar nunca de innovar y de renovarse. El día que te estanques y no crees nada nuevo, habrás puesto el primer pie en la puerta que te saca del mercado.
Así que no lo olvides, tu eliges: "Renovarse o Morir".