Según informaba el domingo El Día de Córdoba, “el sector del comercio ha perdido más de 700 empresas durante el año pasado, lo que supone una destrucción de 1.200 puestos de trabajo”. Y es que las ventas han decrecido entre el 25 y el 30 % en este pasado período de rebajas. Los responsables del comercio cordobés achacan esta situación entre otras, a la liberalización del periodo de rebajas. Causa que, personalmente, no comparto. En mi opinión la bajada de ventas es consecuencia, principalmente de la crisis económica, de los altos niveles de paro, de lo mal que lo están pasando muchas familias. La crisis económica daña más que la liberalización de horarios y del periodo de rebajas. Nos ha tocado vivir una época de cambios y el comercio, al igual que todos, se ha de adaptar a estas nuevas realidades, a las nuevas exigencias. El comercio tradicional, si quiere sobrevivir ha de modernizarse, ha de buscar nuevos nichos de mercado. Buscar aquellas necesidades de los consumidores que no cubren las grandes superficies o las franquicias. Entiendo que ha de ser muy duro afrontar estos cambios, pero estas mismas situaciones las están viviendo las personas que pierden su empleo, que ven como se reducen los ingresos de sus hogares y que se ven obligados a cambiar de hábitos, a adaptarse. El pequeño comercio no puede quedarse a verlas venir, ha de afrontar estos retos, ha de ser imaginativo y buscar las necesidades de sus clientes, porque ellos conocen muy bien a sus clientes y saben que hay muchas necesidades que las grandes superficies no saben, o no pueden, atender. El pequeño comercio ha de renovarse para no morir, pero no han de buscar sus problemas en la libertad de horarios o del período de rebajas.
Según informaba el domingo El Día de Córdoba, “el sector del comercio ha perdido más de 700 empresas durante el año pasado, lo que supone una destrucción de 1.200 puestos de trabajo”. Y es que las ventas han decrecido entre el 25 y el 30 % en este pasado período de rebajas. Los responsables del comercio cordobés achacan esta situación entre otras, a la liberalización del periodo de rebajas. Causa que, personalmente, no comparto. En mi opinión la bajada de ventas es consecuencia, principalmente de la crisis económica, de los altos niveles de paro, de lo mal que lo están pasando muchas familias. La crisis económica daña más que la liberalización de horarios y del periodo de rebajas. Nos ha tocado vivir una época de cambios y el comercio, al igual que todos, se ha de adaptar a estas nuevas realidades, a las nuevas exigencias. El comercio tradicional, si quiere sobrevivir ha de modernizarse, ha de buscar nuevos nichos de mercado. Buscar aquellas necesidades de los consumidores que no cubren las grandes superficies o las franquicias. Entiendo que ha de ser muy duro afrontar estos cambios, pero estas mismas situaciones las están viviendo las personas que pierden su empleo, que ven como se reducen los ingresos de sus hogares y que se ven obligados a cambiar de hábitos, a adaptarse. El pequeño comercio no puede quedarse a verlas venir, ha de afrontar estos retos, ha de ser imaginativo y buscar las necesidades de sus clientes, porque ellos conocen muy bien a sus clientes y saben que hay muchas necesidades que las grandes superficies no saben, o no pueden, atender. El pequeño comercio ha de renovarse para no morir, pero no han de buscar sus problemas en la libertad de horarios o del período de rebajas.