El 2017 fue pródigo en tebeos de calidad, pero en lo que a reediciones corresponde, ha sido espectacular. Una circunstancia que se puede leer en términos de maduración de un mercado que ya considera como normal que las obras clásicas del tebeo estén permanentemente reeditadas o, por el contrario, como signo de ese mercado minimalista donde ya es rentable hacer tiradas muy pequeñas de cualquier cosa. Posiblemente, como siempre, la situación real se encuentra en el medio y, si bien algunas de las ediciones sean producto de la facilidad con la que hoy se edita en tirada pequeña, no se puede obviar que debe existir un mercado que las admita y que las considere, aunque sea en esos mínimos.
En cualquier caso, un año como digo excelente que hace que, casi me atrevo a decir, estas reediciones sean las grandes estrellas editoriales del 2017. Muy rápidamente, resaltemos la espectacular edición del Mort Cinder, de H.G. Oesterheld y Alberto Breccia que ha hecho Astiberri. Un clásico absoluto del noveno arte, una obra maestra que la editorial vasca edita rigurosa y exquisitamente, con una calidad que bordea ese concepto moderno del “artist’s edition”, permitiendo admirar el trabajo de los originales del maestro Breccia. El tebeo que hay que comprar si hubiera que elegir solo uno de este año. Un indispensable, como lo es la cuidada edición integral de Alack Sinner, de Muñoz y Sampayo publicada por Salamandra Graphic. Un grueso volumen de casi 700 páginas que recopila una de las grandes obras maestras del medio, de necesaria lectura y disfrute.
Astiberri también se ha marcado la recuperación de dos obras importantísimas: el Siete Vidas, de Josep Mª Beà y El último recreo, de Carlos Trillo y Horacio Altuna, la primera, una de las obras fundamentales del cómic español de los 80, toda una genialidad de Beà que aborda la autobiografía desde una mirada original y diferente. La segunda, un clásico de la ciencia-ficción moderna, comprometido y arriesgado, de nuevo con una calidad de edición espectacular.
Josep Mª Beà ha sido también protagonista de dos recuperaciones fundamentales: El hombre de los mil estilos y La muralla (Trilita). La primera descubrirá a muchos la infinita plasticidad de un autor que se multiplicó por innumerables seudónimos, creando con cada uno un estilo diferenciado y, en muchos casos, adelantándose a su época. El segundo, la introducción del carismático Gatony y una inmersión sin fondo en el onirismo.
El cómic español ha tenido más recuperaciones, como la necesaria de Anarcoma, de Nazario (La Cúpula), posiblemente la obra más irreverente y provocadora que ha tenido (y, seguramente, tendrá) nuestro cómic. La Cúpula ha recuperado también uno de sus clásicos, Alta Tensión, de Alfredo Pons, un autor que se sumerge en los bajos fondos de una sociedad que se estaba construyendo. De los años 80 es también la magistral Rambla Arriba, Rambla Abajo, de Carlos Giménez (Reservoir), una obra maestra que conecta Barrio con Los profesionales, cerrando el círculo de la memoria histórica de este país que ha firmado Giménez. Los clásicos del tebeo español se completan con la edición integral de Los grandes inventos del TBO, de Sabatés (Ediciones B), todo un referente de nuestro tebeo que saltó de sus páginas para convertirse en frase hecha.
Astiberri ha recuperado también obras modernas de autores españoles que son fundamentales para entender la evolución de nuestro cómic: Dr. Uriel, de Sento es una de las mejores obras sobre la guerra civil española, editada en recopilatorio con cariño y calidad; Carlitos Fax, de Albert Moneys (¡Caramba!) es una de las mejores obras de humor de los últimos años, todo un homenaje a la escuela clásica de Bruguera convenientemente actualizada y Una posibilidad, de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner recopila las dos fundamentales obras de estos autores, emotivas a la par que necesarias. El tebeo europeo ha tenido también importantes aportaciones, como la reivindicada edición integral del Spirou de Franquin, que dibbuks borda en el volumen Spirou y Fantasio integral 1936-38. La editorial madrileña está cuidando la edición integral del famoso botones, y ha publicado también el volumen Spirou y Fantasio integral 1992-1999, de Tome y Janry, que incluye la interesante inédita “La maquina que sueña” y QRN en Zolburg una apasionante edición comentada. Siguiendo con el cómic francés, Reservoir Books ha editado un volumen de lujo de El Incal, de Jodorowsky y Moebius y Planeta Cómic ha recuperado uno de los grandes cómics del género histórico, Las Torres De Bois Mauri Integral 1. Ha tenido especial atención este año el cómic italiano, con las cuidadísimas ediciones de los Cuentos y leyendas, de Battaglia y Petra Chérie, de Attilio Micheluzzi, ambas de la mano de Ponent Mon, así como la edición de un clásico del western, el Ken Parker, de Milazzo y Berardi (ecc). Hasta el británico ha tenido su espacio con Casi todo Baxter: Nuevas y escogidas ocurrencias, de Glen Baxter (Anagrama).
El cómic japonés también ha tenido su parcela en reediciones importantes, como el extraordinario Hitler, de Shigeru Mizuki (Astiberri), la escalofriante Uzumaki, de Junji Ito (Planeta) o la magistral Ayako, de Osamu Tezuka (Planeta).
Respecto al cómic americano, la mejor noticia ha sido, sin duda, la puesta en marcha de la colección Sin Fronteras de Dolmen, que está realizando unas ediciones de referencia de los grandes de la tira de prensa. Y es que se nota el cuidado y cariño que ponen en la colección Rafa Marín en la dirección y Jesús Yugo en el diseño, cuidados y trabajados como pocas veces se han visto. Las nuevas ediciones de Prince Valiant, de Harold Foster, Johnny Hazard, de Frank Robbins, Flash Gordon, de Alex Raymond son, como digo, referencia para futuras ediciones y la mejor excusa para hacerse con estos clásicos inmortales de la historieta. Además, Salamandra Graphic ha recuperado un clásico moderno, La vida es buena si no te rindes, de Seth y Panini y ECC han mantenido su continua recuperación de clásicos de la historieta de superhéroes, desde la edición en grapa de Watchmen o el volumen 30 aniversario del Batman Año Uno (ecc) a grandes series de Marvel como Sang-Chi: Maestro del Kung-Fu o el Hulka, de John Byrne (Panini).