¿De qué fuego nació la necesidad de abrigo? ¿Es el fuego lo que llama al fuego? ¿Pudieron los hombres de las altas montañas desprenderse del último aliento de calidez? ¿Puede entonces la vida desapegarse de ella misma, hasta quizá abandonarse como hace el insecto con el capullo? Y lo artificial, con su arquitectura hostil, ¿será capaz de arrebatar las raíces a lo natural? ¿Se les negará a los destechados la experiencia de la intemperie? ¿Será la hospitalidad un lujo y lo inhóspito norma? Son algunas de las preguntas que animaron el trabajo que ahora publica generosamente el Número 101/102 de la Revista Ábaco. "Arquitectura hostil: una ciudad contra los sintecho"