Repo! The Genetic Opera (Darren Lynn Bousman, 2008)

Por Especialistamike
Título oríginal: Repo! The Genetic OperaAño:2008Duración:98 minutosPaís: EE.UU.Género: Musical, Ciencia-FicciónDirección: Darren Lynn BousmanGuión: Darren Smith, Terrance ZdunichIntérpretes: Alexa Vega, Paul Sorvino, Anthony Head, Sara Brightman, Paris Hilton, Bill Moseley, Terrance Zdunich, Nivek Ogre.Música: Darren Smith, Terrance ZdunichWeb: ww.repo-opera.com
En pleno siglo XXI, una epidemia que causa fallos orgánicos está devastando el planeta causando millones de muertos. GeneCo, una empresa biotecnológica, ofrece financiación para las operaciones de cirugía más avanzadas con absoluta disponibilidad de órganos. Pero si los agraciados con esta medida no son capaces de hacer frente a los pagos, Geneco se reserva el derecho de recuperar los órganos a cualquier precio, aunque éste sea la muerte, usando a sus "Repo Men"...Repo! The Genetic Opera es una de esas películas que es capaz de provocar un amplio espectro de reacciones de todos los colores y para todos los gustos. Es capaz de levantar pasiones y, al mismo tiempo, remover estómagos. Es difícil posicionarse en un término medio: volverá loco a cierto tipo de público y horrorizará a muchos otros.
A mi, personalmente, incluidme en el bando de "Me gusta" (como dirían en eso del Facebook...).

Este musical (o más bien ópera, puesto que apenas hay diálogos que no sean cantados...) respira extravagancia por los cuatro costados, es visualmente arriesgado a la par que atractivo gracias a su bizarro cóctel estético a base de pinceladas neo-góticas, industriales y futuristas, y parece destinado a convertirse en una película de culto a pesar de las negativas críticas recibidas tras su estreno, tal y como le ocurriera al musical de culto por excelencia: The Rocky Horror Picture Show (puedes echar un vistazo a la reseña AQUÍ). Sólo con el paso del tiempo veremos donde queda exactamente esta propuesta tan osada.

Darren Lynn Bousman, director de Saw II, III y IV, dirige esta experiencia psicodélica futurista cimentándola sobre una serie de pilares más o menos consistentes según el tipo de público. Está claro que la opera rock/metal es uno de los fundamentales, pero también echa mano de ciertos recursos propios del cómic y la novela gráfica,  y  adereza todo con  un buen  chorro de dramatismo futurista postapocalíptico plasmado en la degeneración de una sociedad que se ha vuelto adicta a las operaciones de cirugía estética y entregada al negocio que supone la donación (y recuperación, está claro) de órganos.

El problema del director es que todo ese derroche de ingeniería visual tan atractiva y original a priori pierde bastante fuerza y posibilidades debido a su frenética forma de rodar, bastante deudora de los videoclips musicales tipo MTV. Alguien debería decirle que no es perjudicial mantener un poquito más los planos, sino todo lo contrario. Otro director con más experiencia y un poquito más pausado hubiera sacado muchísimo más partido a la innegable fuerza de la puesta en escena.

Uno de los puntos sorprendentes de esta ópera-rock es el reparto, bastante homogéneo en cuanto a calidad interpretativa. Además, al ser un musical, es inevitable que la habilidad de los actores a la hora de cantar e interpretar los números musicales sea de vital importancia a la hora de juzgar su participación. Aunque todos cumplen en mayor o menor medida,  hay que prestar especial atención a la presencia imponente de Anthony Head, que llena la pantalla cada vez que aparece, ayudado por la fuerza de sus números musicales. Evidentemente, y gracias a su condición de soprano, Sarah Brightman también borda sus apariciones. Alexa Vega (muy dulce ella)  y Paul Sorvino (tremendo cabeza de familia) completan el póker de buenas interpretaciones. Del resto del elenco, destacar que Bill Moseley sigue ejecutando papeles histriónicos en serie, y Paris Hilton se siente como pez en el agua interpretándose a sí misma (desconozco si fue consciente de ello durante el rodaje).

La banda sonora es, para mi gusto, excepcional, y sería imposible calificar a alguno de sus temas como malo. Guitarras eléctricas, sintetizadores, teclados, coros... toda una amalgama de elementos que se dan la mano para crear una ópera-rock de gran calidad en la que el legendario musico japonés Yoshiki Hayashi (alias Yoshiki, fundador del grupo X Japan) ejerce de productor ejecutivo. Por supuesto tengo mis favoritas, y suelo llevar en el Ipod temas como Legal Assassin, 21st Century Cure, Zydrate Anatomy, Night Surgeon o Infected, entre otras. Y Sarah Brightman está impresionante en Chromaggia.

Yo, que confieso mi debilidad por los musicales excéntricos, la tengo en el altar de las películas musicales de culto, aunque un par de peldaños por debajo de The Rocky Horror Picture Show. Entiendo que habrá mucha gente que la encuentre vacía, demasiado movida por momentos y en otras ocasiones tediosa. Comprendo que la banda sonora no es apta para todo tipo de oidos, y que es posible que el bizarro y recargado estilo visual rechine en las retinas de cierto tipo de espectador acostumbrado al minimalismo estético. Aún así, yo la seguiré defendiendo, puesto que debajo de todo ese maquillaje, del cuero y de las prótesis, encontraremos una historia sencilla pero con su justa dosis de ironía, dramatismo y crítica social. Puede que sea un videoclip musical de casi cien minutos de duración, pero mola.