La adaptación de obras literarias al formato de videojuegos es una práctica firmemente asentada en el sector de la narrativa interactiva sin importar el género del que se trate.
La edad a la que se empieza a usar las nuevas tecnologías, videojuegos incluidos, es cada vez más temprana. De hecho se habla de la Generación Smartphone como aquellos nacidos después de 1995 que han pasado toda su vida con un móvil en la mano. Una generación que, en no pocas ocasiones, protagoniza la típica escena de preferir estar jugando a la videoconsola que leyendo un libro o jugando con los amigos. La cuestión es que a veces es desconocido el hecho de que precisamente ese producto que están consumiendo desde una pantalla está basado en un manuscrito. Una práctica que se ha llevado a cabo desde siempre en el sector de la narrativa interactiva sin importar el género literario ni cuándo fue publicado, como puede verse a continuación.
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