Portada del 14 de Abril: Página/12
El que me conozca sabe que soy un ferviente admirador de la Argentina. Mi abuelo vivió durante muchos años en Buenos Aires y he visitado el país en un viaje que para mí fue inolvidable. Además, muchos españoles encontraron en aquel país su particular Dorado y también durante la posguerra recibimos mucha ayuda del entonces Gobierno Peronista. De todas maneras, si le soy sincero a pesar de haberme leído todo un librote de la Historia de Argentina, no entiendo todavía qué es eso del "peronismo", porque en el mismo saco te meten a Perón, Evita, Menem o los montoneros, sin dejar a la saga dinástica de los Kirchner. Por tanto empezaré señalando mis reparos con el movimiento peronista como tal, y las posibles simpatías que pueda tener sobre los actuales gobernantes de ese país, las dejo en duda. Pero ello no quita para criticar el rancio nacionalismo de nuestro Gobierno en esta crisis y su papel de matón como así lo señalaba la ridícula portada de La Razón del sábado ("El Gobierno pone firme a Kirchner"). Hoy día no existen empresas nacionales, la globalización ha mundializado todo, hasta el punto que lo que hoy entendemos por una compañía nacional es un ejemplo de utilización de paraísos fiscales para evadir y eludir impuestos, amén de beneficiarse de las rebajas fiscales y de las deducciones, cuando le interesa abrazarse a la banderita española. Igual ocurre con los medios de comunicación, donde tanto se miente, algunos de forma inusitada tan virulentos contra Argentina, como El País, detrás del cual se esconde una presión empresarial de Repsol y de La Caixa (que tiene casi el 27% de las participaciones estables) hacia el grupo PRISA (que le adeuda a La Caixa una parte importante de su tarta deudora). Aquí hay corrupción y ley del embudo por todos los lados. ¿Ahora se han dado cuenta en Repsol que la administración en Argentina no es como en Suecia? Porque cuando la privatización de la empresa nacional de petróleos argentinos YPF, esta tuvo todo tipo de irregularidades, y nada se dijo cuando la consultora encargada de su valoración devaluó la cantidad de reservas para que el valor de la compañía se redujera. Entonces nadie decía en España ni "mú" de la corrupción de los peronistas. Un grupo de mil quinientos ex-trabajadores de YPF tienen todavía denunciada la supuesta ilegalidad de la compra de YPF ante la Fiscalía Federal de Argentina. Además, y hay que dar palos por todos lados, Cristina Fernández y su marido, cuando este era gobernador de la provincia de Santa Cruz, apoyaron la privatización de YPF como todos los gobernantes que le hicieron la ola a Menem. Pero seguimos: Repsol-YPF se enfrenta en Argentina a varias causas judiciales por las comunidades mapuches; ha sido condenada por contrabando en Bolivia; sus actividades han tenido impactos ambientales en diferentes parques nacionales de Argentina, Ecuador o Bolivia; viola las legislaciones nacionales sobre Derechos Indígenas y en general no podemos considerar los españoles que nos orgullezca identificarnos con tipos como estos. Por otra parte me parece que desde la izquierda se debe aplaudir, si ese fuera el objetivo, la nacionalización de los recursos energéticos de los países cuyo control es decisivo para un política medioambiental seria. Independientemente de todo esto, España es hoy un país, que por hacer lo que se le dice desde Europa, están en franca recesión, mientras que el PIB de Argentina crece (7,5%) en un momento de crisis sistémica mundial. Y si nos ponemos a sacar pecho nos podrán decir que en Argentina la tasa de desempleo es del 7,90%, y no ha dejado de bajar desde el año 2003 (que era del 21,5%). Por tanto quién es aquí el matón, el bueno o el malo. Lo siento pero me fastidia que me confundan y menos con patriotismos rancios, sobre todo colonialistas. Aquí lo que hay es el negocio de siempre: ¡coge la pasta y sal corriendo! Y dejemos a Colón tranquilo.Ver más en:
- 14 preguntas y 14 respuestas sobre Repsol-YPF.
- Algunos datos sobre Repsol.