Republicanismo

Publicado el 22 junio 2011 por Cronicasbarbaras

Estamos en tiempos de revueltas. Muchos indignados dicen ser pacifistas. Pero airados, pueden volverse belicosos, indica la experiencia. Otros indignados son pacíficos, pero la cólera podría atraerles hacia el ardor excesivo.

Multitudes de indignados pacifistas, en realidad piqueteros estilo peronista, ya han acosado a Gallardón y Barberá. Hostigaron también a instituciones tradicionales como el cristianismo y la monarquía.

Una monarquía reinstaurada por Franco, pero multicentenaria con pequeñas ausencias que suman algo más de medio siglo, incluyendo las dos cortas repúblicas y la dictadura franquista.

El Movimiento del 15M nació aparentemente idealista, con buenismo de asamblea de instituto. Sus exigencias económicas resultan infantiles e inviables. Llevarían al aislamiento y al cierre de fronteras.

Pero quedan como objetivos atractivos –Ni Dios, ni Rey-- el cristianismo, difícil de abatir tras dos milenios de existencia, y la monarquía, más débil, y que quizás no sepa cómo perpetuarse.

La demanda más adulta y viable de los indignados es la III República. Además, el monarca y su heredero están facilitando que esas minorías, que en televisión parecen mayorías, erosionen sus figuras y papel histórico.

Al afearle el Rey a los periodistas querer matarlo de falsas enfermedades quizás fue una broma típica de la campechanía borbónica, pero se interpretó y exageró como un gesto de irritación.

Otro error lo cometió el del Príncipe de Asturias, quien, dialogando con una joven navarra que reclamaba educadamente la república, en lugar proponerle que la pidiera por cauces legales, rompió la charla con el despectivo “vale, ya has tenido tus minutos de fama”.

No están los tiempos para la real soberbia. Aunque una amplia mayoría de los españoles apoye la monarquía –le tiene pánico a otra II República--, la masa puede cambiar de humores-amores rápidamente.

Si la Casa Real sigue mostrándose arrogante y displicente, facilitará la multiplicación del republicanismo del 15M.

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SALAS analiza la situación de José Blanco

 

A nuestra sociedad

 
 

Y al inefable ungido, que no quiere irse al lejano Imperio y sigue jugándonosla