Republicanos españoles en la 2GM: La Nueve

Por Liber

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«La Nueve». Ese es el nombre por el que se conoce coloquialmente a la IX. Compañía de la II. División Blindada de la Francia Libre (la mítica División Leclerc). Se trató de una compañía bastante señalada al estar formada casi íntegramente por unos ciento cincuenta republicanos españoles bajo mando francés.

24 de junio de 1940. La Alemania de Hitler derrota a Francia y le impone un armisticio después de una campaña de Blitzkrieg de cuarenta días de duración. En aquellos momentos, los puertos en Marruecos, Argelia y Senegal, pertenecientes al imperio colonal galo, destacan por su situación caótica e imprevisible, con millares de refugiados abarrotando los muelles. Entre ellos no eran pocos los exiliados españoles del bando republicano derrotado en la fratricida Guerra Civil Espñola que trataban de huir de la represión de la posguerra franquista.

La Francia de Pétain, la Francia filofascista, la Francia de Vichy, no dudó en recelar al máximo de estos republicanos españoles, ya que eran mayormente de izquierdas. Pese a que no llevó a cabo deportaciones masivas hacia la Península, el panorama que les pintó a los republicanos no era precisamente apetecible: o bien someterse a trabajos forzados, o bien entrar a formar parte de la Legión Extranjera Francesa o sufrir una incierta repatriación a la España franquista. Lógicamente, muchos de los republicanos españoles optaron por enrolarse en el ejército, ya que la opción de volver a casa era a todas luces inviable y casi suicida.

Iniciada la Segunda Guerra Mundial, los veteranos republicanos españoles se ven de nuevo abocados a la lucha armada. La mayoría de ellos se unieron al movimiento de la Francia Libre, tras hacerse eco del llamamiento del general de Gaulle en 1940. Parecía abrirse para estos españoles la perspectiva de un nuevo combate contra el fascismo, aunque tuviese que ser bajo bandera extranjera. Después de los desembarcos de los Aliados de noviembre de 1942, los mandos de la Francia Libre en Argelia procedieron de inmediato a la creación del conocido como Corps Franc d’Afrique, orientado a luchadores de origen no francés, con carácter regular e integrado en gran medida por combatientes republicanos españoles.

En África los republicanos españoles se enzarzaron en combates contra lo que quedaba de las Afrika Korps (las tropas expedicionarias nazis destacadas en el norte de África) en Túnez en diciembre de 1942. A lo largo de los primeros seis meses de 1943, los españoles se afanaron al máximo en combatir al enemigo en las arenas de Túnez. A principios de mayo, concretamente el día 7, lograron liberar la ciudad de Bizerta, puerto estratégico: concluía así la intervención de los republicanos españoles en el teatro de operaciones africano.

Philippe Leclerc de Hauteclocque. Fuente y autoría: US Office of War Information (dominio público)

En mayo del 1943 se producía un acontecimiento importante: nacía la célebre División Leclerc, capitaneada por el general Philippe Leclerc de Hauteclocque, en Chad, como división de apoyo a la Francia gaullista. Sus filas integraban a 16 000 hombres, 2000 de ellos españoles (en su primera etapa de existencia). Una vez que la Francia Libre logró liberar el norte de África, a los españoles que habían combatido al lado de las tropas francesas se les dio la opción de o bien unirse a la División Leclerc o bien a los efectivos del general Giraud.  Aunque no fueron pocos los españoles que soñaban con que en el futuro esta fuerza podría ser la semilla de un renacido ejército español republicano, lo cierto es que nunca pasó de ser una mera quimera: durante toda la Segunda Guerra Mundial los españoles sirvieron como tropas extranjeras adscritas a la Francia gaullista, sin gozar de ninguna clase de carácter autónomo. A modo de concesión, se les autorizó para llevar bordada en sus uniformes militares galos la bandera tricolor de la II República Española.

La mayoría de los combatientes españoles encuadrados en La Nueve eran anarquistas, socialistas, catalanistas y, en menor número, comunistas. También hubo otros españoles que sencillamente recalaban en la compañía tras fugarse de los campos de concentración que el régimen de Vichy tenía en suelo norafricano.

Septiembre de 1943. Se ordena el traslado de la División Leclerc a la ciudad marroquí de Rabat, en donde recibe armamento americano importante: más de 100 tanques M4 Sherman, casi 300 semiorugas M3, camiones Dodgem, un gran número de jeeps, etc. Cabe destacar que los blindados conducidos por los republicanos españoles tuvieron también autorización para llevar pintada la antigua bandera del régimen republicano.

De Marruecos, la División Leclerc, y por ende La Nueve, se traslada a Inglaterra. Se presagiaban combates épicos. El 6 de junio de 1944 arranca el Día D: el Desembarco de Normandía. Pero lo cierto es que La Nueve quedó en la retaguardia, en suelo inglés. Tan solo unos cuantos españoles desperdigados por otras unidades aliadas participaron activamente en la célebre operación militar que cambiaría para siempre el curso de la Segunda Guerra Mundial. La Nueve tendría que esperar hasta el 4 de agosto para desembarcar en suelo francés, en la conocida en clave aliada como playa de Utah, al norte de la localidad normanda de Carentan. La División Leclerc, abarcando como siempre a La Nueve, pasó a enmarcarse dentro del 3.er Ejército de los EE. UU., comandado por el mítico general Patton.

Las primeras escaramuzas de los españoles en Europa contra los soldados del Tercer Reich sucedieron en localidades como Rennes, Le Mans o Alençon, en esta última desempeñando un rol importante al lado de las tropas norteamericanas  El 12 de agosto de ese mismo año, los Aliados se vieron gratamente sorprendidos por la experiencia militar de La Nueve, al lograr los republicanos españoles capturar a 130 alemanes en la localidad de Eccouché.

Pero 4 días después, la División Leclerc se vío duramente atacada por las divisiones de las Waffen-SS Das Reich y Adolf Hitler, por la 3.ª División de Fallschirmjäger, así como por la 9.ª y la 116.ª División Panzer.

París, la capital ocupada de Francia, se levantó contra las tropas nazis el 20 de agosto de 1944 y el general de Gaulle presionó al Alto Mando de los Aliados para que efectivos de la Francia Libre pusieran rumbo a París para liberarla antes de que los alemanes la destrozasen, tal y como había mandado el Führer (recomendable ver la película ¿Arde París?).

El mando americano, comandado por “Ike” Eisenhower era partidario mejor de lanzar una ofensiva total contra las unidades alemanas reunidas al norte de la ciudad de París, optando así por la postergación de la liberación de la ciudad. Ahora bien, el general Charles de Gaulle les mandó a sus efectivos que aprovechasen el levantamiento azuzado por la Resistencia Francesa para liberar París: la misión le sería finalmente encomendada a la División Leclerc. Y fue justo en esta ocasión cuando La Nueve, compañía de republicanos españoles y en calidad de unidad de reconocimiento de la Leclerc, hizo una de sus mayores hazañas: entrar como 1.ª unidad de los Aliados en la metropolis de París.

Retrato de Dietrich von Choltitz. Bundesarchiv, Bild 183-2003-1112-500 / CC-BY-SA

Pasaban veinte minutos de las diez de la noche del 24 de agosto y La Nueve lograba adentrarse en el casco céntrico de la capital francesa, abriéndose paso a través de la Porte d’Italie. Una vez terminados los combates, los civiles franceses que salieron entonando la Marsellesa, su himno nacional recuperado, no podrían creer que los primeros en liberar la ciudad fueran españoles veteranos de la Guerra Civil Española.  Por su parte, el jefe francés de la compañía, Raymond Dronne, puso rumbo a la Kommandantur del general nazi Dietrich von Choltitz con el fin de exigir la capitulación.

A la espera de la rendición final, los españoles de La Nueve asaltaron la Cámara de los Diputados, avanzaron por la Plaza de la Concordia y también liberaron el Hotel Majestic. El 25 de agosto de 1944, a las tres y media de la tarde, las tropas nazis destacadas en París se rinden formalmente. Curiosamente, Von Choltilz fue recibido como prisionero por republicanos españoles.

24 horas después, el grueso de las tropas aliadas entraban victoriosas en la ciudad de París. Los españoles marcharon delante de laCatedral de Nôtre-Damey terminaron escoltando al mismísmo de Gaulle en su recorrido por los Campos Elíseos. Los antiguos republicanos españoles de La Nueve desfilaron mostrando los colores tricolores de la II República, lo que generó protestas del gobierno de Franco, que cayeron, eso sí, en saco roto: las nuevas autoridades francesas no le dieron mayor importancia al asunto.

Desfile de la 2.ª División Blindada de Leclerc por los Campos Elíseos para celebrar la liberación de París. Fuente y autoría: Biblioteca del Congreso de EE. UU. (dominio público)

Pero la Segunda Guerra Mundial todavía no había terminado y, tras liberar París, los españoles prosiguieron su lucha contra los nazis. La Nueve salió de París el 8 de septiembtre de 1944 para regresar al frente. El 12 de ese mismo mes cosechó una victoria señalada tras capturar a trescientos alemanes en Andelot. Tres días después, sus soldados atravesaron el Mosela y lograron establecer una cabeza de puente detrás de las líneas de la Wehrmacht, con heridos en la localidad de Châtel-sur-Moselle.

En noviembre de 1944 comenzaban los combates para liberar Alsacia. El 23 de dicho mes los soldados españoles de La Nueve tomaron la capital de la región, Estrasburgo. Perdían de esta manera los nazis su última gran ciudad gala.

Tras cruzar el Rin y penetrar en territorio germano, los miembros de La Nueve se vieron atrapados por unas temperaturas superiores a los -20ºC en los alrededores de Múnich. Medio centenar de integrantes pereció a causa del frío y de las bombas enemigas. Finalizado el duro invierno, los soldados de La Nueve retomaron su destino hacia el corazón del Tercer Reich. El 5 de mayo de 1945, con la Segunda Guerra Mundial en Europa casi finiquitada, los españoles de La Nueve participan en la captura del Nido del Águila en Berchtesgaden, en su día refugio seguro del Führer.

Una vez finalizada la guerra con la victoria aliada, los supervivientes españoles se quedaron algunos como civiles en Francia y otros dentro del propio ejército de De Gaulle. Por desgracia para ellos, sus hazañas militares no valieron para que lograsen regresar a su antigua patria ni sirvieron para derrocar el régimen franquista, tal y como muchos de ellos pensaban y anhelaban. Además, tendrían que pasar muchas décadas para que tanto los historiadores franceses como los españoles reconocieran su importancia en la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, una amarga victoria para estos españoles exiliados.

Lecturas recomendadas:

Los surcos del azar

La Nueve. Los españoles que liberaron París

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