Vivimos en una vitrina, no hay duda. A la gente le gusta compartir, a veces demasiado, por desconocimiento de que, lo que diga o haga, puede ser usado en su contra. Es que cada pequeño o gran rastro que vamos dejando por nuestro paso en la red constituye nuestra identidad digital.
Un creciente número de empresas utilizan Google como primer paso para tomar conocimiento de un candidato y ver su potencialidad para pasar una entrevista e incluso, para contrastar información dada por él. Eso está modificando el valor del tradicional currriculum vitae y desafía a los reclutadores en su rol, al plantearles un nuevo método de búsqueda e intepretación más allá del documento en papel que tengan enfrente. Así, el candidato ya no es solamente lo que dice ser en un soporte escrito, sino también que es también, un conjunto de opiniones emitidas en foros, de fotos publicadas, de recomendaciones de sus contactos, de sus relacionamientos, de sus documentos compartidos y de lo que se dice sobre él.
Todos somos creadores de nuestra propia reputación, a partir de las huellas que consciente e inconscientemente vamos dejando en nuestro paso por la web. A nivel del Reclutamiento, hoy no buscamos sólo un empleado que cumpla una tarea asignada sino que, además, sea un digno representante de nuestra marca, con lo cual lo que se diga de él públicamente, también nos afecta como empresa. De ahí la importancia para los candidatos, de tener una buena reputación e identidad digital, para lo cual deben trabajar en crearla y mantenerla. Pero no están solos en esto. Varias empresas, como Gestión de Reputación, tienen por vocación ayudarlo a administrar la información que aparece bajo su nombre en los buscadores y llevarlos así, hacia una mejor imagen digital.