Réquiem de la primera Mesa Redonda

Publicado el 16 diciembre 2019 por Santamambisa1

Por Andy Jorge Blanco

Era el último año del siglo XX. El último mes. La noticia de diciembre de 1999 fue el deseo de un padre de tener en casa a su hijo. Juan Miguel estaba en Cuba y quería de regreso a Elián González, su niño de seis años que había sobrevivido al naufragio de la embarcación que lo transportó hacia Estados Unidos.

La campaña mediática desde Miami intentaba politizar el caso de Elián. En Cuba comenzaba a gestarse una respuesta. La Isla entera exigía el regreso del niño desde las calles. Pero había que explicarle a la gente la pregunta que representó el preludio de la primera Mesa Redonda el 16 de diciembre de 1999, hace 20 años: “¿En qué tiempo puede cambiarse la mente de un niño?”.

Carmen Rosa Báez, como muchos cubanos, no conocía a Elián González. La batalla por su regreso había iniciado apenas 10 días antes cuando el 5 de diciembre se produjo la primera marcha frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Ella, junto a un grupo de jóvenes se reunía la noche del 13 de diciembre con el Comandante en Jefe, con el propósito de planificar las actividades para traer a Elián de vuelta a su padre. Y esa noche Fidel hace la pregunta: ¿En qué tiempo?, ¿en qué tiempo?…

Psicóloga de profesión, Carmen Rosa comenta que para Fidel no bastaba que los cubanos participaran en una marcha, sino que entendieran por qué exigían el regreso del niño. Y da la idea de explicar a todo el país y el mundo lo que sucedía con Elián mediante un programa de televisión.

El propósito estaba claro. Fidel la había convocado a ella, como presentadora de aquella Mesa Redonda, y al resto del equipo a convertirse en una tropa que iba a defender la vida de un pequeño de seis años, salvarlo y traérselo a su padre.

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Es la noche del 15 de diciembre de 1999. A pocas horas del inicio del programa al día siguiente. Carmen Rosa le presenta los panelistas (psicólogos, pedagogos, psiquiatras) a Fidel. Pero ¿cómo explicarle a todo un país la manipulación en torno a Elián si no conocían la vida del niño?

“Nosotros necesitábamos ver a la familia porque una vez que se hiciera una Mesa hablando sobre el caso de Elián, era abrir las puertas de la historia y la vida de una familia. Y eso para el Comandante era elemental y éticamente importante”, recuerda.

Junto a la necesidad de conocer al padre y los abuelos del niño, a Carmen Rosa le aterraba el hecho de que podía quedarse dormida frente a las cámaras. La preparación de la primera Mesa Redonda al lado de Fidel era ajetreada. Apenas dormían unas escasas cuatro horas.

“Sobre las doce de la noche del día anterior el Comandante me pregunta: “qué hace falta para que esto quede bien”, y a mí lo único que se me ocurrió decirle fue: “dormir’”.

Al día siguiente viajan a Cárdenas a reunirse con la familia de Elián. Explican los pormenores del programa. Conocen más de la vida del niño. Regresan a La Habana luego de que los carros se averían en el camino, y a las 5:00 pm del 16 de diciembre de 1999 comienza la primera Mesa Redonda.

Tras una hora al aire en la que se dan detalles psico-pedagógicos de la situación del niño Elián y se muestra a toda Cuba las imágenes del pequeño desde Miami y cuánto se le manipulaba, hay unos segundos de silencio. Estallan los aplausos. Hay lágrimas, abrazos. Es la liberación de la tensión acumulada en pocos días. Sin dormir. Pero Fidel los espera en el Palacio de la Revolución.

“Nos fue evaluando a cada uno. Usted se extendió en este tema, por qué no dijo tal cosa… Era como si un globo se fuera desinflando. Intercambiamos un tiempo. Pero aquella euforia con la que salimos del estudio no la teníamos”.

“A media mañana del 17 de diciembre me llama el Comandante por teléfono y me dice: ‘yo tengo que pedirles disculpas porque a esa Mesa no le faltó ni le sobró nada. La volví a ver. Reúne a todos y diles de mi parte que los felicito’”, dice Carmen Rosa como quien revive la experiencia mientras la narra.

Ahora es diciembre, como aquel, pero de 2019. El mismo estudio. La cámara está grabando y ella termina la entrevista cuando dice: “Venir aquí es estar con Fidel. La Mesa es él entre nosotros”.

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Randy Alonso llega al estudio, el mismo en el que comenzó la primera Mesa y que se convirtió en su espacio habitual luego del 16 de enero del 2000 cuando se vincula al programa.

“Se le denomina Mesa Redonda como un espacio donde confluyen ideas, propósitos, maneras de educar al pueblo en temas tan complejos como los que se estaban debatiendo”.

“La concepción inicial siempre fue que aquella batalla de masas de nuestro pueblo en las calles fuera acompañado de las ideas que sustentaban esa batalla. Que nuestra gente saliera a las calles a combatir, pero claros de por qué lo estaban haciendo”, dice y recuerda a Fidel cuando expresaba que el programa tenía que ser un espacio para las ideas y la verdad.

Luego de dos décadas en la dirección del espacio, Randy destaca que fue en la Mesa Redonda donde se dio a conocer el caso de los Cinco Héroes y donde se denunció el golpe de Estado en Venezuela en 2002 contra el presidente Hugo Chávez: “La Mesa jugó un papel en alertar, desmentir la renuncia de Chávez, que la gente en ese país conociera que el presidente estaba vivo”.

El programa, también, continúa siendo el espacio en el que las autoridades del país comparecen ante la gente. “Lo otro más significativo es la posibilidad de que los cubanos tengan información de primera mano de los grandes temas del país, de las transformaciones económicas, políticas y sociales, con la participación del presidente de la República y ministros que, incluso, contestan preguntas de nuestros televidentes y radioyentes”, comenta Randy y agrega que el programa ha reflejado muchas esferas de la vida desde el inicio.

“Nunca pensamos que fueran a existir otras Mesas”, dice Carmen Rosa con la emoción del primer programa en el que le tiritaban las rodillas mientras estaba en vivo.

Pero el programa está al aire 20 años después. “Son muchas horas de trabajo y a veces poco tiempo para la familia, mucho menos para el descanso. Lo que más siento es haberle podido dedicar muy poco tiempo al más grande de mis hijos que a penas tenía dos años cuando comenzó la Mesa”, dice Randy, pero sabe que el agradecimiento de la gente ante un problema resuelto es el regocijo que, incluso la familia, recibe con orgullo. Como en aquellos momentos iniciales, poco duerme.

Y es que, si bien dicen que veinte años no son nada, en la vida de un programa concebido para hablarle a un país, representa, por ejemplo, más de 4.000 emisiones. Es, en definitiva, la historia de esta Isla contada en la pantalla.