Resaca electoral

Por Alejandropumarino

Al margen de los resultados en las pasadas elecciones, los políticos desaparecen, como por arte de magia, de nuestras vidas cotidianas, hasta la siguiente cita electoral. Es lo mismo la formación a la que representan; la provincial o el municipio; las ideas dejan de tener valor para permitir que la política siga haciendo extraños compañeros de cama; se sustituyen algunos personajes, que solo cambian de cargo, sin abandonar la servidumbre pública como profesión o modus vivendi y en otros cuatro años nos reencontraremos con los viejos y conocidos cruces de acusaciones, insultos y descalificaciones a los que nos tiene acostumbrados nuestra clase dirigente. La amnesia es la mejor compañera del ciudadano apartado de esos extraños avatares de la vida pública, la misma que hace olvidar a Dª Teresa Fernández de la Vega, a Dª Carmen Chacón o a D. José Bono, quienes eran sus padres y donde dieron sus primeros pasos políticos, en el caso de éste último, como destacado defensor del pasado régimen, religión aparte. Dicen que la indiferencia es el sentimiento más despreciativo, mucho más aún que el odio; solo se odia a quien se quiere, decía la canción; y eso es lo que nuestros gobernantes me inspiran desde hace algunos años. El PSOE, progresista, fue responsable de un “medicamentazo” que obligó a pagar ciertos específicos a numerosos españoles, entre ellos, los antigripales, como si las viriasis fuesen capricho de los enfermos. El PP, tras condenar públicamente la medida, hizo exactamente lo mismo cuando llegó al poder. La amnesia es la mejor acompañante de la memoria para las promesas y los programas electorales; al final, las hemerotecas resultarán sacrílegas, y habrá que quemarlas. Verlas es instructivo, pero no hay tiempo.