DecÃa Camilo José Cela que la literatura es una carrera de antorchas. En cada generación se lleva el testigo hasta donde se puede y ahà se le entrega al escritor de la etapa siguiente
A George R.R. Martin bien puede otorgársele el honor de haber recogido la antorcha que dejó en su dÃa Tolkien al revolucionar el género de fantasÃa épica.
Una Canción de Hielo y Fuego se eleva por encima de sus contemporáneas como la gran saga de novelas de fantasÃa épica tras El Señor de los Anillos. No es poco si se tiene en cuenta que las aventuras de Frodo y el Anillo han influido en toda una generación de lectores, han hecho renacer a un género que parecÃa empeñarse en alejarse del gran público y han terminado cerrando de forma magistral su ciclo con la trilogÃa cinematográfica de Peter Jackson. (De lo que sucedió con El Hobbit y su esperpento de adaptación hablaré otro dÃa).
Martin ha conseguido entrar en ese selecto grupo de escritores capaces de darle lustre a todo un género y propiciar una nueva primavera literaria. Lo logra transformando la narrativa y llevándola por caminos más oscuros, donde la condición humana se presenta sin tanto artificio: más madura y adusta, más real. La clave de su éxito es, en parte, ese mensaje implÃcito de que todos nos corrompemos con el poder, que la frontera entre el bien y el mal nunca estuvo clara.
Pero ese éxito también entraña sus riesgos. Da pie a escribir por las razones equivocadas y da lugar a obras mediocres.
Fuego y Sangre (Noviembre 2018, George R.R. Martin, Editorial Plaza & Janes) es una de ellas. Escrita como una especie de antologÃa de los hechos sucedidos en Poniente unos 300 años antes del inicio de Una canción de hielo y fuego, es un repaso de la ascensión y la caÃda de la Casa Targaryen desde la llegada de Aegón el Conquistador a las costas de Rocadragón.
Como concepto apuntaba maneras, pero hay dos cosas muy evidentes una vez terminas el libro. La primera se hace palpable al pasar las primeras páginas: la novela no la ha escrito George R.R. Martin. Tal vez haya colaborado. Quizá haya definido las lÃneas maestras de la historia. Pero esto no lo ha escrito él. La segunda se va construyendo a la par que el propio relato: Fuego y Sangre está cualitativamente tan lejos de la saga principal que no deberÃa ocupar el mismo estante en las librerÃas. Por respeto.
Que un libro de Martin se termine haciendo tedioso ilustra perfectamente lo que quiero decir. SÃ, es el mismo Martin que no deja tÃtere con cabeza en Tormenta de Espadas o que te sumerge en las tumultuosas horas en Desembarco del Rey cuando el Gorrión Supremo toma el control de la ciudad. Ese mismo escritor nos embarca esta vez en una aburrida historia de reyes que guerrean, de sucesores que conspiran y de herederos que nacen y mueren de forma constante y plana. Más allá de lo que se relata en lo que se conoce como la Danza de Dragones y que hace que la historia recobre la compostura brevemente, el libro es una suma anodina de hechos intrascendentes, de personajes que brillan por su nula profundidad y de una ausencia total de hilo conductor.
A los fanáticos de la saga les saciará un poco las ansias de historias de Poniente hasta el estreno de la última temporada de la serie televisiva.
A los pocos que no conocÃan la saga, dudo que les enganche en absoluto leer esta novela.
Totalmente innecesaria.
Nota: 5/10
WRITTEN BY
sergioMadrigal
Teleco y psicólogo. Ahora juego a intentar ser matemático. Escribo desde la autoridad que me da el fracaso. Me confundà de época al nacer.