Reseña #111:
Reflexiones e historias por contar
¡Hola, hola, hola!Hoy os traigo una reseña muy especial. Os explico por qué. Es bonito conocer a una persona en este pequeño mundo que es blogger, ¿verdad? Personas y más personas que, de un modo u otro, tienen en cuenta tus entradas y tú las suyas. Es más bonito todavía ver cómo una de esas personas publica un libro, ¡y te da la oportunidad de leerlo!Os hablo de Mari, administradora de Wandering Book-reader. Si no habéis echado un ojo todavía a su blog, os recomiendo muchísimo que lo hagáis. No sólo porque ella sea un solete – eso siempre es un plus, ¿no creéis? –, sino porque publica cosas muy guays y, oídme, yo he sacado recomendaciones de la leche de su rinconcito.Ha publicado, os decía, y hoy os traigo la reseña de su obra. Antes de empezar, quiero dejar clara una cosa: esta no es una reseña que pretenda ensalzar nada. Os doy mi opinión, que ha sido muy positiva, pero es mi opinión a fin de cuentas. Con esto quiero decir que no estoy aquí para hacer propaganda. Sinceridad, ante todo.Aclarado esto, no puedo dejar pasar la oportunidad de dar las gracias a Mari por haberme permitido leer sus escritos. ¡Mil millones de gracias!Y ahora… ¡Dentro reseña!Ficha técnica
Título:Reflexiones e historias por contar Autor:María del Carmen Boy Ruíz Editorial:Brisa del sur Número de páginas: 84 Precio formato en papel: 12,00€ Precio formato electrónico:3,50€
SinopsisInquietudes, confusión, amor, alegría, ilusión, aceptación. Estos son solo algunos de los sentimientos y emociones que encontraréis repartidos en esta antología. Aquí os presento una puerta a aquello que nos esforzamos por mantener enterrado y a aquellas situaciones a las que no solemos darle la mayor importancia pero que, en realidad, están ahí y forman parte de nuestra vida. Todo esto lo veréis reflejado a través de personajes que, a pesar de sus diferencias, tienen algo en común.Mi opinión
Cuando alguien que te cae bien te da la opción de leer su libro tienes, de forma automática, dos ideas:la primera es que necesitasque te guste, porque esa persona es la leche; la segunda es que te da un miedoque te cagas en las bragas que pase todo lo contrario.Podéis imaginaros el mal rollito que me entró en el cuerpo cuando Mari, que es un amor, me dijo que quería que leyera su libro. Saltaba y temblaba a la vez, al más puro estilo de Marge Simpson en Río de Janeiro – oh, por favor, sabéis de qué capítulo os hablo.
Dicho esto, os confieso algo: he sido tonta, porque la recopilación me ha gustado. Y mucho.
No voy a mentiros: los libros de relatos no suelen ser mi fuerte. Me mata eso de que texto tras texto no haya más que ideas dispersas.Ahora bien, ¿qué pasa si, aunque son textos independientes, la autora habla de temas importantes? Temas tan serios como el no aceptarse a una misma, a uno mismo; temas más suaves, que pasan por la crudeza del amor no correspondido, de los amores que mueren sencillamente porque cada persona aspira a algo diferente.A veces basta un texto sencillo para darnos un bofetón de realidad en la cara. Eso me ha pasado a mí en este libro. Eso, os digo, porque Mari nos habla de cómo nos cargamos el planeta de un modo tan poético, tan dulce, que no pude evitar sonreír; sobre cómo luchamos en guerras que sólo pretenden engordar los ya obesos bolsillos de los que nos tratan como si fuésemos estúpidos borreguitos; y del bullying.
No lo voy a preguntar, porque evidentemente no es de mi incumbencia, pero estoy segura de que más de una persona, al leer la palabra “bullying” piensa en sus vivencias pasadas. Da igual si fue en el colegio, en el instituto o en la universidad. Da igual si fue un verano en casa de los abuelos. Da igual, porque de un modo u otro todo el mundo sabe lo que es tragarse toda la mierda para adentro, esperando a que las cosas se arreglen solas. Que Mari denuncie esa realidad en su libro y que lo haga de un modo que es tierno, evocador y tremendamente inocente, me parece un plus. Un plus, porque hay más de una persona que va a tener diarrea después de leer sus palabras. Y bien merecida, qué conste.
Como le comenté en privado a Mari, no sé cuánto de lo que en estas páginas se cuenta es vivencia personal y cuánto pura inspiración; lo que sí sé es que el libro vale la pena. Vale la pena, porque nos habla de lo evocador que puede ser un viaje en tren, de cómo un par de dioses cabroncetes pueden hacérselas pasar canutas entre ellos. Historias que yo veía factibles para una novela porque, bueno, ¿quién no quiere saber qué pasa por la cabeza de un dios prácticamente bipolar? El mensaje de auto-aceptación, de amor propio y autoestima que lanza Mari es precioso. Aceptarse, mirarse al espejo y mandar al jodido infierno a toda persona que no sepa valorarnos. Qué razón. Qué razón, joder. La recopilación cuenta con un patrón, o al menos yo lo he visto así. Si bien es cierto que empezamos con relatos un tanto más tristes, más apagados; pasamos a historias cargadas de amor, amor en todos los sentidos, historias que te hacen sonreír.Sólo me queda recomendaros las palabras de Mari. Sus palabras, porque estoy segura de que en más de un relato vais a notar ese pinchacito que os dice que, efectivamente, nos parecemos más de lo que creemos. Todos. Todas. Con todo, Reflexiones e historiaspor contar es un libro que se lee solo. Mari nos cuenta, con una prosa muy bonita, historias que nos harán pensar, sonreír y suspirar. Son sólo 84 páginas. ¿De verdad no os vais a animar a darle una oportunidad?
Nota: 4,5/5
Citas
(…)Lo que quiero decir es que hay que saber distinguir entre aquello que en el fondo no nos va a hacer feliz por mucho que lo intentemos y aquello que, aunque nos agobie en el momento, sea necesario para conseguir lo que queremos. Se trata de intentar quedarnos con las cosas buenas, educarnos poco a poco a no dejarnos llevar por el miedo, el estrés, la frustración. Debemos ser más inteligentes que eso y también debemos sincerarnos con nosotros mismos.(…)
(…)La magia no tiene por qué ser real tal y como la conocemos por los libros de fantasía. Podemos encontrar magia en nuestro día a día. Puede ser un sentimiento, una imagen, una persona, que hace nuestro día un poco más brillante y, a nosotros, un poco más completos.(…)
(…)Algo parecido ocurre en el amor. Dicen que es ciego, que lo vence todo y que es lo más hermoso que te puede pasar en la vida. Bien, yo digo que, si es ciego, ¿por qué no podemos olvidar los malos momentos y quedarnos con los buenos? ¿Por qué, a veces, no podemos perdonar? Si lo puede todo, ¿por qué se rompe? ¿Por qué se acaba? Si es tan hermoso, ¿por qué nos destruye hasta quedarnos en nada?(…)
(…)Nos levantaremos juntos hasta que seamos capaces de caminar sin mirar al suelo.(…)
(…)No hay que tener miedo a lo nuevo, a lo desconocido, a dar un gran paso que puede ser decisivo para tu futuro. Pueden pasar mil cosas que no esperabas pero lo que importa al final, es cómo te enfrentas a ellas. No tengas miedo a tomar una decisión inesperada siempre y cuando te haga feliz. Una vez dado el paso, solo tienes que esperar a ver qué pasa, recibir al lobo con una sonrisa y poner todo tu empeño hasta llegar a lo más ato. Pase lo que pase, nunca dejes de intentarlo.(…)
(…)No se puede ayudar a una persona que no quiere ser ayudada.(…)