El 22 de noviembre de 1963, tres disparos resonaron en Dallas. Murió el presidente Kennedy, y el mundo cambió. ¿Qué harías tú si pudieras impedirlo?
En esta brillante novela, Stephen King acompaña al lector en un viaje maravilloso al pasado y en un intento de cambiar lo que pasó, ofreciéndonos un impecable retrato social, político y cultural del final de los años cincuenta y principios de los sesenta: un mundo marcado por enormes coches, Elvis Presley y el constante humo de cigarrillo.
Opinión
"El pasado no quiere ser cambiado. El pasado es obstinado"
Cuando leí el resumen de este libro mi pensamiento automático fue "Lo quiero". Busqué la edición más económica en Booky y lo encargué a ciegas sin leer una sola reseña; Sin embargo, cuando llegó y vi que eran 800 y más páginas, me intimidó bastante y lo dejé hasta terminar mis pendientes en el verano pasado y así quedó hasta hace unos días cuando por fin lo tomé y empecé a leerlo.
La historia anterior no hubiese significado mucho, pero poco después su amigo Al Templeton, propietario de un restaurante en su barrio, le descubre un increíble secreto: en la bodega del lugar hay una especie de agujero negro que conduce a septiembre de 1958. Antes de que Jake siquiera asuma siquiera que la compuerta es real, Al lo compromete a ayudarle en misión que le obsesiona: impedir el asesinato del Presidente John F. Kennedy.
Cualquiera pensaría (incluida yo antes de leerlo) que un libro tan largo debe tener un montón de tiempo muerto, pero con esta novela no es así. Es un viaje en el tiempo, pero como en este caso, no hay una máquina del tiempo, sino una especie de agujero negro que te lleva a un día exacto en 1958, el protagonista debe vivir 5 años en el pasado antes de cumplir su misión, y entonces, ya estando en el pasado, decide aprovechar de deshacer algunas cosas malas que sabe que ocurrirán y de esa forma aprovechar el viaje para cambiar la vida de algunas personas que conoce, sin detenerse a pensar mucho en las consecuencias que ello pueda tener para el futuro.
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